Por: Dr. Miguel Ángel Rodríguez Mackay*
Tal como fue anunciado por el canciller chileno, Heraldo Muñoz, Santiago ha remitido una nota diplomática a Torre Tagle formulando reserva a la publicación del mapa de la cartografía marítima del sector sur del dominio marítimo peruano por haber hecho expresa referencia al punto Concordia, que es conforme al Tratado de Lima del 3 de junio de 1929, el inicio del límite terrestre entre Perú y Chile. Pero en su anuncio, además, el canciller Muñoz ha insistido en que el denominado triángulo terrestre es chileno. En primer lugar, la cartografía publicada lo ha sido por una norma jurídica de derecho interno. Mal hace Chile en formular una reserva de un instrumento nacional cuyo alcance es solo dentro de la soberanía peruana. Las normas nacionales impactan en el marco de la jurisdicción únicamente del propio estado. En segundo lugar, no convendría responder con otra nota diplomática porque estaríamos cayendo en el juego chileno que busca construir una controversia que no existe. El canal diplomático no solo funciona mediante instrumentos escritos, como es el caso de las notas diplomáticas. Nuestro registro debe ser distinto, por ejemplo, llamar al embajador a la sede de la Cancillería y expresarle la posición del Estado peruano en el asunto puntual. Debe ser claro y directo. Chile dice que no buscará el arbitraje, pero eso es poco creíble pues el artículo 12 del Tratado de Lima establece este mecanismo para solucionar cualquier controversia que pudieran tener las partes respecto del contenido del propio tratado. Debemos mantener una postura con vocación de diálogo permanente. Con Chile tenemos que vitalizar una agenda de mutua y recíproca confianza por eso Muñoz no debe hablar de una relación bilateral que se pueda afectar. El juicio en La Haya es el mejor ejemplo.
* Internacionalista y Decano de la Facultad de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Tecnológica del Perú
Fuente: Correo