Más del 75% de las empresas peruanas que utilizan la factura electrónica lo hacen de manera totalmente voluntaria, señala el “Estudio de la Situación de la Factura Electrónica en el Mundo”, elaborado por Seres.
“Es un fenómeno singular que no tiene equivalente en el mundo y que confirma la percepción positiva que tienen estas empresas de la factura electrónica, en la que han encontrado un elemento clave para la mejora de la gestión y modernización y digitalización del negocio”, indicó Seres.
Sin embargo, indicó que, actualmente la factura electrónica sólo es utilizada por aproximadamente el 20% de las empresas del país.
Frente a lo que ocurre en otros países de todo el mundo, la implantación voluntaria de la factura electrónica refuerza un estado de opinión apoyado en la certeza de que su uso ofrece multitud de ventajas a las compañías: automatiza procesos, aumenta la liquidez, mejora la productividad y la eficiencia, ofrece seguridad y, además, es respetuosa con el medio ambiente.
Además, el formato electrónico ofrece altos beneficios de automatización y mejora del control fiscal para los gobiernos que la impulsan.
Sin embargo, y a pesar de que Perú encabeza el ranking de países favorables a la factura electrónica, todavía existen nichos de rechazo cimentados sobre la incertidumbre y el miedo al cambio.
Impulso continuado
Desde 2013, cuando se designó el primer grupo de emisores electrónicos obligatorios, la Sunat impulsa la obligatoriedad de uso de la factura electrónica y los comprobantes electrónicos.
A pesar de un inicio turbulento, con aplazamientos en las primeras fechas de obligatoriedad, desde enero de 2015 el uso de la factura electrónica comenzó a ser obligatorio para un primer grupo de contribuyentes.
Con el paso de los años, la Sunat ha seguido impulsando el uso de los comprobantes de pago electrónicos designando nuevos grupos de contribuyentes obligados.
Actualmente, el total de emisores electrónicos obligados asciende a 148,038 contribuyentes; mientras que el total de emisores electrónicos autorizados por la Sunat es de 600,244 contribuyentes.
Panorama regional
Brasil implementó su modelo de factura electrónica en 2005 y, desde entonces, se ha convertido en un ejemplo a seguir para todos aquellos países que desean implementar la e-factura.
El primero en seguir este ejemplo fue México, que, en 2011, estableció la obligatoriedad para operar con facturas electrónicas.
A día de hoy, Brasil y México cuentan con los sistemas de factura electrónica más consolidados del mundo; siendo utilizados por prácticamente el 100% de las empresas de ambos países.
En otros continentes
A nivel europeo, Italia es el gran referente en materia de facturación electrónica debido a su obligatoriedad tanto a nivel B2G (desde 2014) como a nivel B2B (desde 2019).
Le sigue España, donde la obligatoriedad B2G (vigente desde 2015) se ha extendido también a los subcontratistas del Estado (desde 2018).
Por último, está previsto que Portugal sea el próximo país en implementar la obligatoriedad de la factura electrónica en B2B, a partir de abril de 2020.
En Asia, también existen casos de obligatoriedad tanto en B2G, como por ejemplo Singapur o China, como en B2B, como es el caso de Corea del Sur; en África, los únicos países que actualmente cuentan con una obligatoriedad de uso son Túnez y Angola; mientras que, en Oceanía, solo Fiyi ha implementado la obligatoriedad.
La otra cara de la moneda
Aunque los beneficios de la factura electrónica, tanto para empresas como para gobiernos, son indiscutibles, según el “Estudio de la Situación de la Factura Electrónica en el Mundo”, elaborado por SERES, actualmente un 37% de los países del mundo no tienen factura electrónica, y del 63% que sí la aceptan, pocos son los países que la han implantado en el 100% de su tejido empresarial.
Las razones por las que muchos de los países que se han visto forzados a posponer la obligatoriedad de la factura electrónica son múltiples: técnicas, económicas, sociales, etc.
Algunos ejemplos recientes que, al igual que en los inicios de Perú, han llegado a esta situación son Bolivia o Chile. En Bolivia, la e-factura, que debía haberse implementado en marzo de este año, tuvo que ser aplazada hasta agosto.
Por su parte, Chile tuvo que aplazar el pasado mes de octubre la entrada en vigor de la obligatoriedad de emisión de facturas electrónicas hasta el 17 de enero de 2020.
Fuente: Andina