Por Alberto Zarak
Senior legal advisor de ASESORI.
Es muy común que pequeñas y medianas empresas se encuentren en problemas por falta de capital, que siempre es necesario para que puedan desarrollar sus proyectos. Esto suele ocurrir porque muchas de ellas ya han agotado su capacidad crediticia en el sistema financiero y les resulta imposible garantizar nuevas operaciones de financiamiento. Ante esta situación, sus propietarios se ven tentados a levantar capital por medio de prestamistas privados, aquellos que con condiciones desfavorables los invitan a contemplar su salida del negocio o a incluir la participación de un nuevo socio interesado en invertir.
¿Qué debe tomar en cuenta el propietario de una pyme antes de vender su empresa o de invitara participar de esta a un tercero? Primero, es esencial que se conozca el valor real del negocio, que solo podrá determinarse favorablemente si puede sustentarse en la correcta documentación legal, financiera y contable. Si la empresa no cuenta con este requisito indispensable, no habrá camino de salida para sus dueños y cualquier inversionista perderá interés.
Conocido el valor del negocio, se trate de la venta total de la empresa o de la inclusión de un nuevo inversionista, sin lugar a dudas una correcta asesoría legal es necesaria para obtener la mayor rentabilidad posible. Para ello, deben evaluarse los costos involucrados en la modalidad que se elija para transferir el negocio o para incluirá un nuevo socio.
Las modalidades para implementar esta transacción van desde una transferencia o emisión de nuevas acciones hasta una reestructuración simple, escisión o fusión de empresas.
Dentro de las formas más sencillas, la transferencia de acciones supone que sus titulares las transfieran a terceros a cambio del mejor precio pactado, mientras que la emisión de nuevas acciones implica que sus propietarios renuncien al conocido derecho de suscripción preferente y acuerden emitir nuevas acciones en la empresa, las mismas que serán suscritas y pagadas por los inversionistas como consecuencia de un aumento de capital.
Por otro lado, y para casos un poco más complejos, una escisión consiste en seleccionar del patrimonio de la empresa un conjunto de activos, con sus respectivos pasivos, para incorporarlos en bloque a una nueva empresa. La anterior es una modalidad que usualmente es atractiva para inversionistas que prefieren constituir una nueva sociedad y reducir al máximo las contingencias involucradas en su inversión, respecto de la antigua empresa.
Sin importar la modalidad de transacción que se elija, el propietario de una pyme debe tener claro que sus abogados deben conocer la situación real del negocio y entender sus pretensiones como diente para, de esta manera, utilizar eficientemente los recursos disponibles y así mejorar la rentabilidad de la operación. Luego de ello, será necesario que se haga un análisis legal desde el punto de vista societario, tributario o financiero, de ser el caso.
Fuente. El Peruano