Carlos Cadillo Ángeles
Consejero del Área Laboral de Miranda & Amado Abogados
El inicio del año escolar tiene un impacto en los padres trabajadores porque reduce su presupuesto, pueden perder la atención en sus deberes, sentir estrés o agotamiento durante la jornada laboral. Esto debido a que deben cubrir los gastos por matrícula, pensiones, libros, útiles, movilidad, etcétera; se encargan de llevar y recoger a sus hijos del colegio; ayudan en las tareas; deben asistir a reuniones o eventos escolares, entre otras responsabilidades.
Como consecuencia de lo indicado, como parte de la relación laboral, los trabajadores podrían encontrarse en alguna de las siguientes situaciones: estar dispuestos a realizar horas extras o trabajo en días de descanso o feriados, a fin de obtener más ingresos; incurrir en tardanzas e inasistencias; pedir tolerancia o permiso para llegar al centro laboral después del inicio del horario o salir antes; solicitar cambio de horario; pedir aumento de sueldo o el pago de asignaciones; vacaciones parciales o adelantadas, así como horario flexible, trabajo a domicilio o teletrabajo, u otros.
La normativa laboral no obliga que las empresas ofrezcan determinados derechos a favor de los trabajadores ante tales situaciones; salvo la asignación familiar (equivalente al 10% de la RMV), que es obligatoria para los trabajadores con hijos menores de 18 años y hasta los 24 años si cursan estudios superiores. Sin embargo, hay empresas que, voluntariamente, regulan derechos que permiten a los trabajadores conciliar su vida laboral con su vida personal y familiar.
Estas regulaciones figuran en los reglamentos, directivas, políticas, convenios (individuales o colectivos) o la práctica de cada empresa. Es recomendable que estas sean comunicadas desde la oferta de trabajo y mantengan su adecuada difusión durante la relación laboral. Además, la comunicación de tales regulaciones facilita a los trabajadores conocer con anticipación las reglas (requisitos, formalidades y límites) para acceder a estos derechos.
En el caso de no contar con las regulaciones o prácticas indicadas, sugiero que analicen su población laboral con hijos en edad escolar y, de ser el caso, prever las respuestas que darán los gestores o jefes ante las distintas situaciones que podrían presentarse; de tal forma que se adelanten a los posibles reclamos de los trabajadores, su incomodidad o desánimo, la sensación de una extrema rigidez, la disminución de su rendimiento o la búsqueda de otro empleo.
La empresa tiene la prioridad de cumplir con los objetivos del negocio, sin perder de vista la relevancia del personal para este logro.
Por ello, sugiero que las respuestas sean objetivas, justificadas y razonables; y, además, se apliquen mecanismos que exploren en las necesidades y los intereses de los trabajadores, a fin de prever la pertinencia de crear regulaciones internas en beneficio de su vida personal y familiar; pues, es posible que para un trabajador sea igual o más importante un horario flexible que un incremento de sueldo, si su prioridad es la educación y la formación de sus hijos.
Fuente: El Peruano