Por: Aldo Lorenzzi Bolaños*
Esta última etapa del 2016-2021 quizá será dramática para todos los peruanos, ya que además de la crisis sanitaria se ha sumado una crisis política inimaginada.
¿Cuál es la raíz de esta crisis política actual? Un problema repetitivo en nuestro país: la corrupción. Esta misma corrupción ha hecho que nuestro país no avance de la manera que todos esperamos. Habiendo tenido un crecimiento económico interesante en los últimos años, no hemos podido dar el gran salto al desarrollo real como nación.
Muchos de los discursos políticos en los últimos años se centraron en la descentralización del Perú como herramienta para el desarrollo del país, pero ¿a qué costo se ha venido dando esto? En principio, la obsesión de muchos de los candidatos con llevar en sus planchas a ex presidentes o gobernadores regionales, pues consideran que ello es un acierto para tener una mejor aceptación en la población.
Pero ¿realmente esto es un acierto? En el 2018, el Ministerio de Justicia publicó un informe temático sobre la corrupción en los gobiernos regionales, en la cual se indica que 57 gobernadores regionales tienen investigaciones o ya han sido procesados por delitos como peculado o colusión, cometidos básicamente en actos de procesos de contratación.
Los gobiernos regionales desde su creación en el 2002 no han cumplido con el objetivo primordial de su creación “descentralización”, sino, por el contrario, han sido un vehículo para pagar favores, enriquecer y abusar del poder por parte de los ciudadanos elegidos para esta función.
El Estado pensó que con solo transferirles competencias y recursos solucionaba el problema para descentralizar el país, pero no pensaron que, a la larga, crear estas instituciones regionales de la manera que se diseñaron ha traído mayor corrupción.
Se debe buscar la reforma de la descentralización y esa debe ser una tarea del siguiente gobierno: iniciar esta reforma que ha sido la piedra angular para esta vacancia nuevamente. Muchos movimientos regionales actuales solo buscan tener el poder para sus propios intereses y no para lo que realmente debería ser.
(*) Abogado, especialista en Derecho Civil, nuevas tecnologías y Derecho Administrativo. Miembro de la Sociedad Peruana de Derecho Comisión de Derecho Civil.