La Cámara de Diputados de Brasil aprobó el texto base del proyecto de ley que permite que empresas privadas compren vacunas contra la Covid-19, pero que deben donarlas al sistema público de salud hasta que esté inmunizado todo el personal de riesgo.
En un comunicado, la Cámara de Diputados informó que se aprobó el texto base del proyecto de ley 534/21 del Senado, que “autoriza a los estados, municipios y al sector privado comprar vacunas contra la Covid-19 con registro o autorización temporal de uso en Brasil».
El texto determina que en el caso de las vacunas compradas por el sector privado, por el momento todas las dosis deberán ser donadas al Sistema Único de Salud (SUS), la sanidad pública brasileña, y una vez se haya vacunado a todos los grupos prioritarios que determina el Plan Nacional de Inmunizaciones (PNI) del Ministerio de Salud, las empresas podrán comprar, distribuir y administrar vacunas, pero siempre de forma gratuita.
En estos casos, además, deberán donar la mitad de las cantidades que compren a la sanidad pública.
La iniciativa fue aprobada el mes pasado en el Senado y Diputados discutió algunas modificaciones.
El dictamen del diputado Igor Timo (Pode-MG) propuso la aprobación del texto sin cambios y remarcó que “no hay posibilidad de saltarse la cola dado que se harán donaciones del 100% para que los grupos de riesgo se vacunen de forma prioritaria y, en un segundo momento, el 50% de toda la vacuna que esté adquirido, siguiendo los criterios del Plan Nacional de Inmunizaciones”.
El texto también permite a los estados, el Distrito Federal y los municipios asumir la responsabilidad civil por los efectos adversos causados por los inmunizadores, siempre que hayan obtenido el registro en la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), reportó la estatal agencia Brasil.
Según la propuesta, los gobiernos locales pueden contratar seguros privados para cubrir los posibles riesgos de las condiciones impuestas por los proveedores contratados.
Este es un requisito de algunos laboratorios, como Pfizer / BioNTech y Janssen, cuyas vacunas aún no llegaron a Brasil.
El ministro de Salud, Eduardo Pazuello, cuestionó algunas de las condiciones impuestas por el laboratorio de Pfizer para vender su vacuna, entre ellas la falta de responsabilidad ante el laboratorio en caso de retraso en la entrega o posibles efectos secundarios del inmunizador.
Parte de la oposición criticó la iniciativa, entre ellos legisladores del Partido de los Trabajadores (PT).
“No podemos permitir que una empresa, por ejemplo, compre 50.000 vacunas, done 25 mil vacunas al SUS y, con las otras 25.000 haga una fila para sus empleados, que pueden ser menos adinerados que los ancianos que están en la fila, para los que no tienen vacunas. Entonces, la cola tiene que ser única”, evaluó el petista Henrique Fontana.
Fuente: Télam