“¿Y si me voy a Estados Unidos a vacunarme?” La interrogante ronda por la cabeza de miles de personas ante la imposibilidad de recibir un vacuna contra el COVID-19 en sus países de origen por ser un bien escaso, o porque el sistema de inoculación implementado por sus gobiernos avanza a paso lento. Esto no sucede en el país norteamericano, donde el proceso de vacunación marcha a un ritmo vertiginoso desde que Joe Biden asumió la presidencia, llegando a administrar 150 millones de dosis en sus primeros 75 días de gobierno, como para vacunar cinco veces a la población de Perú.
El último domingo, el alcalde de la ciudad de North Miami Beach, Anthony F. DeFillipo, informó que ofrecerán vacunas contra el coronavirus a turistas extranjeros que viajen al estado de Florida. A través de su página de Facebook, dicha jurisdicción indicó que se han comunicado con los consulados de Perú, Colombia y Honduras para que les informen a sus ciudadanos que en North Beach pueden obtener de manera gratuita la vacuna Pfizer.
Una de las claves es que las vacunas están disponibles en muchas partes. Es lo que cuenta Marcela, como vamos a llamar a nuestra fuente, quien viajó a Miami la semana pasada para ponerse la primera dosis de Pfizer en la ciudad de Tampa. Ella comenta que un mes atrás viajaron sus padres para pasar por el proceso y, animada por sus buenos comentarios, fue que decidió comprar sus pasajes antes de Semana Santa, a 700 dólares aproximadamente. Se instaló en un Airbnb (los más económicos fluctúan entre 50 y 70 dólares) y separó su cita en la plataforma dispuesta por el gobierno (las reservas solo se pueden hacer desde territorio estadounidense), donde solicitan datos esenciales como el documento de identidad o código postal. No era necesario ser residente. La confirmación le llegó por correo electrónico.
En Estados Unidos se ha incentivado a almacenes de cadenas como Walmart y Publix para agilizar el proceso de vacunación. A Marcela le tocó ir a un minimarket, luego de saber el día y la hora exacta. Desde que llegó, todo le tomó 45 minutos: hizo una fila manteniendo distanciamiento, le preguntaron solo por su nombre y no le pidieron identificación. Esperó sentada en una silla a que la llamen. Antes de ponerle la vacuna, la técnica le consultó en qué brazo sería. Y listo. Luego le pidieron que espere 15 minutos por si se le presenta algún efecto adverso. No pasó.
“Solo sentí un pequeño dolor que ya pasó”, nos cuenta Marcela, a la espera de su segunda dosis. “Diría que todo fue muy rápido y ordenado. Al ser una zona donde viven muchos latinos, mi sensación es que quieren vacunar a todas las personas que puedan. Tienen los espacios logísticos y, sobre todo, la materia prima”, concluye.
La experiencia de Diego, nuestra otra fuente, es muy similar. Él viajó a Carolina Norte luego de saber, por su novia estadounidense, que había vacunas disponibles para personas que no necesariamente residían en el país. En su caso, cuenta, ni siquiera fue necesario separar la cita de forma online. Vio un cartel en la puerta de una cadena de farmacias en la que decía: “Vacunas COVID-19”. Ingresó e hizo la consulta de cómo era el proceso de vacunación. Le pidieron sus datos, identificación y le programaron su cita para dentro de una semana. Cuando llegó el día esperado, todo transcurrió con agilidad. En su caso, lo inmunizaron con la vacuna de Johnson & Johnson, la cual solo requiere una sola dosis.
Diego tiene la ventaja de ahorrar en vivienda, por lo que planea quedarse unos días más en Estados Unidos. “Me llamó la atención que no te pidan más datos y que todo sea tan rápido y organizado”, comenta. “Lo que siento es que, acá por lo menos, las cosas intentan volver a la normalidad. Hay más apertura de comercios y negocios de entretenimiento, además de muchos turistas que como yo llegan acá para poder vacunarse”, añade”.
Ante la creciente demanda de vuelos a Estados Unidos, el precio de los pasajes ha aumentado considerablemente. Si ya está decidido a viajar, lo recomendable es adquirir los boletos de avión en páginas como Skyscanner, con algunos días de anticipación, para encontrar la mejor oferta. Para el presupuesto de la estadía se deben considerar los días entre la primera y segunda dosis a recibir, en caso fuera Pfizer o Moderna. Si tenemos familiares en alguna ciudad estadounidense, podemos ir ganando días si es que nos pueden ir separando la cita de forma online.
Por estos días, los estados a los que llegan más turistas foráneos para ser inmunizados son Florida y Texas. Sin embargo, también se pueden tantear posibilidades en Wisconsin, Indiana, Georgia, Colorado, Luisiana y Arizona, donde no es necesario ser ciudadano de los Estados Unidos, o comprobar que tienes presencia legal para recibir la vacuna. Solo es cuestión de buscar y ver cuál es la mejor opción que se nos ajusta. //
Fuente: El Comercio