Miguel Atala confesó que fue testaferro de Alan García. El exvicepresidente de Petroperú, Miguel Atala, relató ante el Equipo Especial Lava Jato que recibió 1 millón 300 mil dólares de Odebrecht para Alan García.
Confesión al Equipo Especial Lava Jato
Esta confesión la realizó al Equipo Especial Lava Jato, del Ministerio Público, el pasado viernes 26 de abril pasado. La información ha sido difundida por el portal de investigación IDL-Reporteros.
Atala, quien fue vicepresidente de Petroperú durante el segundo gobierno de García, reveló que hacia fines del año 2007, Luis Nava, entonces secretario presidencial, le pidió crear una cuenta offshore para recibir dinero «legal».
Nava le engañó
Señaló que Nava en ningún momento le indicó que el dinero iba a ser ilegal y tampoco le especificó montos. Asegura que aceptó sin problemas por la buena relación que tenía con él desde el 2001.
«Mi pregunta a Luis Nava Guibert fue si el dinero era legal y me contestó en esa oportunidad que sí. (…) El señor Luis Nava Guibert no me indicó en ningún momento la cantidad o montos de dinero que iban a ser depositados en dicha cuenta, me dijo que solamente era una cuenta a lo que le dije que proceda”, declaró.
Según narró Atala, luego de la reunión el exsuperintendente de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, lo visitó en su casa por parte de Luis Nava Guibert y le dio indicaciones para la recepción del dinero através de la Banca Privada de Andorra.
Hasta setiembre de 2008, se encontró con Luis Nava Guibert en una reunión entre García Pérez junto a Lula da Silva y empresario. En ese momento el secretario le indicó que el dinero de la cuenta offshore era para el presidente aprista.
“[…] Es aquí cuando Luis Nava Guibert se me acercó y tuvimos una breve conversación en la cual me dijo que el dinero depositado en la cuenta de la sociedad offshore Ammarin Investment INC, por el monto de US$ 1,312,000, era del presidente Alan García Pérez. Yo me di por enterado de ello en ese momento, no me dio mayores explicaciones sobre el por qué me decía ello en ese momento, a mi tampoco me dio el tiempo para hacerle las preguntas al respecto”, se lee en la confesión de Atala.
Entrega de dinero a García
Miguel Atala manifiesta que en el segundo semestre del 2010, el entonces presidente Alan García lo llamó y le pidió que lo visite a Palacio de Gobierno. Al llegar, Luis Nava Guibert lo hizo pasar los dejó solos.
En ese momento, indica, García le explica que el dinero que había en la cuenta offshore de Atala le correspondía a él y que se lo entregue de forma progresiva. Por lo que luego de esa reunión, empezó a hacerlo entre 2010 y 2018, de forma progresiva hasta completar el dinero.
«La primera vez en un monto aproximado de US$ 20,000.00 a US$ 30,000.00 dólares, y así de forma progresiva iba llevándole dinero al expresidente Alan García Pérez. Cada vez que necesitaba dinero me llamaba por teléfono previamente y me citaba a diversos lugares, le he entregado dinero en diversas ocasiones y lugares como en Palacio de Gobierno, en su domicilio que primero quedaba en la urbanización Las Casuarinas en Surco y luego en su domicilio ubicado en Miraflores, al Instituto de Gobierno de la Universidad San Martin de Porres, entre otros lugares”, relató Atala.
Detalló que le entregaba dinero de sus negocios personales, los cuales eran compensados con los activos que me habían depositado previamente en la cuenta offshore, los que antes habían sido depositados en una cuenta de su titularidad del Banco Scotiabank Sucursal Panamá.
«Fuerza de Choque»
Atala tras confesar manifestó que siente temo a las represalias hacia él o a su familia debido a que tiene “conocimiento que existe un grupo radical en el interior de Partido Aprista Peruano, y que son conocidos como la “Fuerza de Choque”.
Atala tras confesión
Luego que el exfuncionario Atala confesara, el fiscal José Domingo Pérez solicitó cambiar el pedido de medida cautelar de prisión preventiva por el arresto domiciliario por 36 meses.
El representante del Ministerio Público explicó que esta medida se da porque Miguel Atala «tiene peligro de que pueda suceder algo contra su integridad física» tras su confesión.
Fuente: la República