La Cámara de Comercio de Lima estima que esta industria crezca en 15% a fin de año en comparación con el 2020.
A la fecha, los estudios de abogados y empresas consultoras que brindan servicios legales facturan 1,500 millones de soles al año y se estima que a fin del 2021 la industria legal en el país crezca en por lo menos 15% en comparación con el año pasado.
Así lo dio a conocer el presidente del sector legal del gremio de servicios de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Wilfredo Murillo, al ser consultado sobre la evolución y desarrollo de esta industria en el país conformada por estudios de abogados, consultoras y empresas vinculadas al servicio legal y notarías; teniendo como actores importantes a las gerencias legales de las empresas, asociaciones jurídicas y facultades de Derecho.
En cuanto a la facturación, sostuvo que el monto anual de ella se estima en función a dos herramientas: el ranking de las 10,000 empresas más importantes, en que figuran 50 que brindan servicios legales, y la facturación de los estudios de abogados que fluctúa entre los 100,000 y 500,000 soles anuales. Esto sin atender la facturación de las 543 notarias existentes, que constituye aún una data o factor que no se puede visualizar, precisó.
Expectativas
Murillo considera que el 2020 no fue un año malo para los estudios de abogados, a pesar de la pandemia del covid-19, porque igual se requirieron sus servicios. Aunque, sí tuvieron que reducir costos porque la cadena de pagos se retrasó bastante, refirió.
No obstante, sostuvo que pese a ese retraso se observó una buena facturación y ahora existe también la expectativa de un crecimiento en trabajo y facturación.
Con relación a la evolución del sector legal, Murillo indicó que esta industria pasa por un momento bastante importante de cambio porque cada vez se observa mayor inversión en mejorar la gestión de las organizaciones y de las empresas.
Esto último obedece a que los clientes han cambiado su forma de solicitar los servicios legales.
“Antes lo tradicional era que el abogado esperaba que el cliente fuera a su oficina a solicitarle un servicio, hoy los estudios o las empresas de servicios legales deben captar en forma proactiva los asuntos, detalló Murillo.
En ese contexto, advierte la existencia de más competidores en la industria legal aunado a que no se trata solo de competidores locales sino también de competidores internacionales.
A la par, percibe mayor exigencia de parte de los consumidores de los servicios legales, quienes al optar por el uso de la tecnología y la democratización de la información obligan indirectamente a los prestadores de estos servicios a innovarse, dependiendo del área de la especialización del Derecho en la que se desenvuelvan.
Así, por ejemplo, Murillo señaló que ante la pandemia generada por la pandemia del covid-19 los estudios de abogados a cargo de temas de litigio han tenido que adaptarse a la digitalización de las audiencias y a las plataformas de videollamadas, y mejorar sus técnicas para la comunicación.
En tanto que ante la coyuntura de la emergencia sanitaria las notarías han tenido que desarrollar mayores procesos de automatización de atención para los usuarios y así invertir mucho en la automatización y conexión con la Superintendente Nacional de los Registros Públicos (Sunarp), básicamente, agregó.
Capacitación y ejes
A su juicio, también esta mayor inversión en el uso de herramientas tecnológicas ha generada a su vez en los estudios y empresas prestadoras de servicios legales la necesidad de capacitar a los abogados en la utilización de estas nuevas tecnologías.
“Abogados que además han tenido que invertir mucho más en temas de gestión apropiada para reducir costos y al mismo tiempo invertir más en marketing, precisó el representante de la CCL.
En ese sentido, Murillo considera que con vista a lo que pueda venir con la pandemia del covid-19, la industria legal debe apuntar al desarrollo de modelos de eficiencia, rentabilidad e innovación.
De modo tal que en adelante los ejes de la industria legal sean precisamente la eficiencia, rentabilidad e innovación, atendiendo a que la digitalización, automatización y virtualización ya se han institucionalizado como parte de un estándar y forma de trabajo para los abogados, explicó el experto de la CCL.
Emprendimientos
A criterio de Murillo, los nuevos abogados deben emprender su labor tal como se lleva a cabo un emprendimiento en cualquier otro tipo de industria, con un “plan de negocios”. Un plan de negocios involucra tener en claro quién es el público objetivo, conocer realmente las necesidades del mercado al cual se pretende atender y sobre la base de ese mercado establecer realmente una estrategia de posicionamiento y diferenciación aunado a un plan adecuado de servicios, explicó. Además, sostuvo que debe tenerse presente que la forma como antes se ofrecían los servicios legales ha dejado de ser atractiva para el mercado y que resulta necesario brindar un buen servicio con procesos y protocolos al respecto.
Fuente: El Peruano