Las inversiones siguen llegando a la ciberseguridad. El 69% de las organizaciones prevén un aumento del gasto en ciberseguridad en 2022, frente al 55% del año pasado. Más de una cuarta parte (26%) prevé un aumento del gasto en ciberseguridad del 10% o más, mientras que el año pasado solo el 8% dijo lo mismo. Estas cifras se desprenden del reciente 2022 Global Digital Trust Insights Survey, elaborado por PwC.
Las organizaciones saben que los riesgos están aumentando. Más del 50% espera un aumento de los incidentes notificables el próximo año por encima de los niveles de 2021.
El año 2021 ya se perfila como uno de los peores de la historia en materia de ciberseguridad. Atacantes cada vez más sofisticados están sondeando los rincones oscuros de nuestros sistemas y redes, buscando -y encontrando- vulnerabilidades. Sea cual sea la naturaleza del talón de Aquiles digital de una organización -un servidor desprotegido que contenga 50 millones de registros, por ejemplo, o un fallo en el código que controla el acceso a los monederos de criptomonedas-, los atacantes utilizarán todos los medios a su alcance, tanto tradicionales como ultrasofisticados, para explotarlo.
Las consecuencias de un ataque aumentan a medida que las interdependencias de nuestros sistemas son cada vez más complejas. Las infraestructuras críticas son especialmente vulnerables. Y, sin embargo, muchas de las infracciones que estamos viendo aún pueden prevenirse con prácticas cibernéticas sólidas y controles fuertes.
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