El Gobierno peruano suscribió la “Declaración de Glasgow sobre los bosques y el uso de la Tierra” que busca detener la deforestación e impulsar la conservación, protección, manejo sostenible y restauración de los bosques y otros ecosistemas terrestres.
Esto se dio en el marco de la 26° Conferencia de Estados Parte (COP26) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se viene realizando en Glasgow, Escocia.
La Declaración de Glasgow es un compromiso político al más alto nivel que se condice con nuestra política exterior, con los lineamientos del Ministerio del Ambiente como ente rector en la materia, y con las políticas y prioridades del Gobierno peruano.
El presidente de la República, Pedro Castillo Terrones, en su intervención virtual en el evento de alto nivel sobre bosques, recalcó nuestra ancestral tradición ambiental y de vínculo sostenible con la naturaleza.
Asimismo, reafirmó el decidido apoyo del Gobierno a la Declaración de Glasgow sobre los bosques; a la conservación y uso sostenible de nuestra Amazonía en el contexto de cambio climático; y a la lucha contra la deforestación.
Los líderes participantes en la COP26 se han comprometido a trabajar juntos para acelerar la reforestación de los bosques, y facilitar políticas que promuevan el desarrollo, la producción y el consumo sostenible de productos básicos.
Igualmente acordaron reducir la vulnerabilidad, generar resiliencia y mejorar los medios de vida rurales, el desarrollo de una agricultura rentable y sostenible y el reconocimiento de los múltiples valores de los bosques.
También se han comprometido a implementar políticas y programas agrícolas para promover la seguridad alimentaria y beneficiar al ambiente, reafirmar los compromisos financieros internacionales y aumentar significativamente la financiación y la inversión de una amplia variedad de fuentes públicas y privadas.
En ese sentido, en la COP26 los gobiernos participantes realizaron anuncios para proporcionar 12,000 millones de dólares en financiamiento público, en tanto empresas privadas han manifestado que invertirían 7,200 millones de dólares para restaurar las tierras degradadas.