Por Juan Carlos Zevallos Roncagliolo
Abogado Senior especialista en Derecho Corporativo, Derecho Laboral y Negociaciones con experiencia relevante en empresas de mineras, de salud, de construcción y de consultoría.
Ecuador se encuentra en una coyuntura minera que viene dando mucho que hablar hoy en día. Gracias a las nuevas disposiciones normativas de los últimos años, acompañadas de una política minera atractiva orientada a la promoción de inversiones en condiciones favorables, el estado ecuatoriano se embarcó en un camino triunfal hacia la captación de inversión minera significativa, a su industrialización progresiva y al desarrollo sostenible. Cabe recordar, que estas nuevas disposiciones normativas fueron impulsadas por el gobierno del actual Presidente Lenin Moreno.
Es cierto, que este marco legal actual en Ecuador se fue gestando desde el gobierno del Ex Presidente Rafael Correa. Sin embargo, constituye un hecho inobjetable que este nuevo marco legal atractivo, audaz e inmejorable que se encuentra vigente en Ecuador ha sido uno de los logros del actual Presidente Lenin Moreno. Uno de los ejes principales del gobierno del Lenin Moreno, es el vinculado a la promoción de la minería industrial y a gran escala. De este modo, la industria minera para el gobierno de Moreno constituye una prioridad nacional con el objetivo de impulsar la alicaída economía ecuatoriana de histórica dependencia petrolera.
Obviamente, y aunque cuenta con grandes reservas de cobre, oro y plata, la minería en Ecuador todavía es una actividad productiva de desarrollo incipiente. Cabe mencionar, que ya desde hace varios meses atrás el país norteño comenzó a producir minerales a gran escala, abriendo paso a una gran etapa de industrialización. Esto coincide, con la reciente puesta en marcha del ambicioso proyecto minero “Mirador” que se encuentra al sur de la amazonia de Ecuador. Es así, que el panorama minero para el Ecuador viene siendo muy favorable y alentador.
Debemos recordar, que Ecuador nunca tuvo propiamente un esquema legal minero tan atractivo para el desarrollo de esta actividad extractiva. Basta apreciar el pasado reciente de Ecuador como gran exportador petrolero entre los años 70 y 80. Como se sabe, el petróleo, también conocido como «oro negro», ayudó a Ecuador a levantar grandes divisas, inversión, bienestar para su país y construir importantes obras de infraestructura (carreteras, centrales hidroeléctricas y la refinería de crudo más importante del país, escuelas, hospitales, etc).
Sin embargo, este gran esplendor y auge económico, brindado por los precios del barril de petróleo, no tardó en desaparecer por la caida aparatosa del precio del barril. Este nuevo escenario, obligó a Ecuador a volcarse hacia la difusión y promoción de sus industrias extractivas, especialmente el mercado minero. Cabe recordar, que en el Ecuador la minería tuvo un desarrollo eminentemente artesanal en sus inicios con algunos chispazos de inversión extranjera.
No obstante, en los últimos años en Ecuador se ha tratado de variar el ambiente de inversión para las empresas mineras; Esto último, acompañado de ajustes a su proceso de otorgamiento de concesiones. En esta línea, Ecuador tiene como propósito disponer de un proceso de licitación terminado para el tercer trimestre del año 2020. Este esquema, se centrará en seis (6) regiones ecuatorianas con gran potencial minero. Esto último, debido a los bajos precios del crudo de los últimos años (anunció su salida de la OPEP para enero del 2020). En este orden de ideas, ha fomentado la inversión extranjera para explotar sus grandes depósitos de cobre, oro y plata.
El nuevo objetivo central de Ecuador, es incrementar la producción minera en su economía para 2021, y así asegurar grandes ingresos para las arcas del estado. Todavía existe un largo trecho por recorrer para dinamizar la minería en Ecuador y permitir su flexibilización para hacerla más atractiva. A la fecha, la minería en Ecuador pasó a contribuir un 1,61% del PIB a fines de 2018 desde un 1,5% el año previo y “se proyecta a hacia un 4%” siempre y cuando medida nuevos grandes proyectos entren en funcionamiento.
Hoy en día, en Ecuador existe una muy atractiva e interesante cartera de proyectos, entre ellos: la mina de oro y cobre Loma Larga, desarrollada por la canadiense INV Metals, la mina de oro Cangrejos de Lumina Gold Corp. Cómo se puede deducir de lo expuesto, el esquema legal minero en Ecuador es ciertamente novel a pesar de tener un enorme potencial geológico. Sin embargo, en los últimos años se ha tratado de promover la actividad a gran escala, brindando facilidades y simplificando trámites para el ingreso de capital para el sector minero ecuatoriano. De esta manera, el Gobierno de Lenim Moreno viene planteándose objetivos muy ambiciosos, al buscar intensificar la actividad minera.
Conocemos, que por información proveniente del Banco Central de Ecuador(el par del BCR en Perú) el Gobierno Nacional decidio con firmeza apostar por el desarrollo de la industria minera y captar capitales hacia este sector. Esto último, al considerar que el Ecuador es un país con gran potencial minero, que tiene reservas de oro, plata y cobre, además de una variada oferta de productos mineros. Es en esa línea, que se creó el Ministerio de Minería del Ecuador, por medio de Decreto Ejecutivo Nº 578 de fecha 13 de febrero de 2015. La Secretaría de estado, es el ente rector y ejecutor de la política minera del área geológico-minera y es parte de un sector considerado estratégico.
Siguiendo este orden de ideas, los objetivos trazados por parte del Ministerio de Minas fueron: Incrementar la productividad del sector minero; incrementar la inclusión de actores mineros en el territorio nacional; reducir el impacto ambiental y social en las actividades mineras; y, elevar el nivel de modernización, investigación y desarrollo tecnológico en el sector minero. Como se puede advertir, la minería en Ecuador en los últimos años se ha ido desplegando de manera gradual al ser una industria considerada estratégica por el gobierno del Presidente Lenin Moreno, abriendo paso al milagro minero ecuatoriano.
En este punto, es pertinente expresar que la actividad minera en Ecuador se remonta a la época pre – incaica. Una evidencia de ello, son las artesanías en oro, plata y platino efectuadas por las culturas precolombinas.
osteriormente, en la conquista española aparecieron los primeros asentamientos mineros locales, principalmente en los poblados de Nambija y Zaruma. Ahora bien, ya en los tiempos republicanos, precisamente en el año 1897, la compañía Southern American Development Company solicitó al Estado el control de depósitos en Zaruma hasta el año 1950.
La consolidación de SADCO en Ecuador, constituye un significativo precedente para el desarrollo de operaciones mineras extranjeras mineras en Ecuador. Sin embargo, no ha existido un verdadero desarrollo de la actividad minera industrial en el plano nacional. Esto es así, porque, como dijimos antes, ha primado siempre la pequeña minería y minería artesanal de subsistencia. Cabe puntualizar, que la minería en sus primeros pasos, no contaba con regulaciones especiales, normas de protección de la inversión un esquema específico para su desarrollo. Ello generó abierto rechazo y desinformación en la población frente a esta actividad.
Siguiendo esta línea, y para efectos de conocer el actual marco legal minero en Ecuador, consideramos acertado reseñar los hitos principales que marcaron el desarrollo minero en dicho país. En este sentido, empezamos señalando que la primera Ley de Minería ecuatoriana data del año 1830. Este esquema legal, fue creado con el objetivo de “promover la actividad minera”; Esto es, en el Gobierno de Juan José Flores. Después, apareció en 1886 el “Código de Minería”, que fue variado por Eloy Alfaro en 1900, estableciendo plazos para el arrendamiento de minas. Posteriormente, se expidió la Ley de Minería de 1937, que fue un instrumento legal que determinó que son de dominio del estado los minerales que se encuentran en el subsuelo. En 1991, en el gobierno del Presidente Rodrigo Borja, se promulgó una Ley de Minería más moderna.
La nueva ley, por primera vez calificó a la minería como una industria de utilidad pública a nivel nacional y determinó que las minas y yacimientos son patrimonio inalienable e imprescriptible del Estado. Finalmente reconoció derechos y concesiones mineras, definiendo las fases de la actividad minera. Ese mismo año, 1991, se expidió también el primer Reglamento de la Ley de Minería, instrumento que estructuró el procedimiento para el otorgamiento de concesiones, estableciendo lineamientos tributarios y económicos aplicables a la inversión minera.
En el año 2001, se modifica este Reglamento añadiéndose normas que califican a la gestión minera como de interés nacional, prioritario y fundamental para el desarrollo, incluyendo una sección de normas sobre la protección del medio ambiente. En el año 2008, se produjo un gran retroceso en el proceso de desarrollo de la actividad minera con la expedición de la nueva Constitución ecuatoriana en la que se consagró el denominado “Mandato Minero”. Con esta polémica disposición, se procedió a declarar la extinción económica de las concesiones mineras que se hallaban en la fase de exploración, y que no habían realizado ninguna inversión en el desarrollo de sus proyectos.
Al mismo tiempo, se determinó la caducidad de varias concesiones mineras que no habían presentado sus estudios de impacto ambiental instalando incertidumbre jurídica en la escasa inversión que había en ese entonces. Como señalamos atrás, este mandato generó una pausa sustancial en el desarrollo de la industria minera en el país. En 2009, ante el innegable potencial minero existente, se impulsa la industria minera con la expedición de una nueva Ley de Minería y su Reglamento, rompiendo con las concepciones tradicionales que calificaban a la minería como una industria nociva que contamina. Es así, que una visión minera más esperanzadora, se iba a dar paso a un nuevo modelo de desarrollo económico, enfocado en una visión de minería responsable y organizada. En esta línea, a través de una concepción seria y prudente de la minería, se podría gestionar este sector estratégico de acuerdo a principios de sostenibilidad, prevención y eficiencia.
Actualmente, la actividad minera constituye una sector productivo muy relevante a nivel mundial. En ese mismo orden de ideas, el gobierno ecuatoriano, apoyado por la nueva legislación minera, emitió una serie de disposiciones que promueven la inversión minera a gran escala en el país. Estas nuevas disposiciones ofrecen la oportunidad de fomentar esta industria dentro de parámetros mundialmente aceptados, buscando el desarrollo sostenible, con exigentes y competitivos estándares socio-ambientales y procurando generar empleo y desarrollo en las zonas de influencia.
Evidentemente, uno de los fines principales de la flexibilización y promoción minera es la búsqueda de ingresos por medio del pago de impuestos, utilidades, regalías y entre otros ingresos extraordinarios. En el marco del interés de asegurar bienestar, desarrollo social, industrialización y tecnificación minera, el Gobierno Nacional presentó en el mes de Junio del año en curso ante el congreso de la república de Ecuador el programa para explotación minera, proyectado a 2030. El objetivo central del supremo gobierno de Lenin Moreno, impulsar una minería responsable, legal, eficiente, socialmente limpia y controlada en el país, lo que garantizará la planificación entre el periodo 2019-2030.
Entre los rasgos más relevantes de la nueva política minera ecuatoriana son los siguientes: Atracción de inversiones e incentivos fiscales, devolución de impuestos afectos a la actividad minera, contratos de estabilidad jurídica con garantías y estabilidad tributaria, revolucionando las estructuras tradicionales mineras en Ecuador. Otro de los aspectos que contempla esta nueva política minera, es la participación permanente y activa en encuentros internacionales especializados para la promoción de la actividad. La idea de este esquema político-minero, es potencializar los proyectos en ejecución y los que están en exploración.
En este mismo orden de ideas, la nueva política minera ofrece una visión de trabajo minero a largo plazo, la misma que define las condiciones para el tratamiento de las inversiones nacionales e internacionales. En este sentido, la política minera ecuatoriana, además, promueve la transferencia de conocimientos, tecnificación e industrialización minera y lucha contra la minería ilegal.
Es de esta manera, que el horizonte para Ecuador hacia los últimos días de este año, y principios del 2020, se muestra tremendamente favorable pues el país norteño sigue brindando condiciones favorables, óptimas y flexibles a la inversión que hacen viable el ingreso de operadores mineros con experiencia internacional y la promoción de contratos de explotación minera favorables para el país. Recordemos, que en el mes de Noviembre pasado, entró en producción la operación minera Fruta del Norte y en el mes de Julio el proyecto minero mirador.
Es así, que los objetivos estratégicos trazados por el supremo gobierno, con el paso de los años, podrían verse plasmados en la medida que se vaya consolidando el potencial minero ecuatoriano; Ya que de este modo, se podrá potencializar las operaciones en marcha y desarrollar proyectos mineros cada vez más ambiciosos. Vale recordar, que la minería ecuatoriana en sus inicios fue muy limitada, artesanal y realizada por pequeños productores. Al mismo tiempo, es también pertinente subrayar que el mercado minero aun sigue siendo incipiente en Ecuador, lo que lo hace más atractivo por el enorme potencial minero con el que cuenta este país.
Como es de esperarse, en medio de esta apertura comercial del mercado minero ecuatoriano, no es difícil anticipar que se logren reportar grandes beneficios económicos, desarrollo social-productivo, competitividad, industrialización, un desarrollo minero socio-ambiental limpio, bienestar general y desarrollo sostenible, aspectos que permitirán al país norteño mejorar su posición en el mercado minero mundial como destino minero preferido y mejorar su calificación fitch rating como destino predilecto para las inversiones. Pues bien, nosotros no tenemos más que ratificar nuestra admiración por el camino de éxito y apertura minera por la que viene apostando Ecuador. Estamos seguros, que siguiendo esta línea de acción, de la mano de una minería responsable, seria y formal, asegurarán a Ecuador continuar asombrando al mundo con esta decidida política de promoción e incentivo a la actividad minera.
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