El Perú tiene el mayor nivel de multibancarización de todo Latinoamérica, solo comprable al Reino Unido. El 66,8% de la población ABI (adulta bancarizada internauta) peruana tiene algún producto y/o servicio contratado con más de una entidad financiera, según el IX Informe Tendencias en Medios de Pago de Minsait.
Además, la penetración del smartphone en las transacciones mensuales de la población ABI en el Perú evidencia un importante avance: en el intervalo de solo un año se ha triplicado el uso del pago móvil en comercios físicos, mientras que se ha cuadriplicado el uso de aplicaciones móviles para pagos entre particulares.
El Perú presenta también uno de los escenarios más propicios para un eventual ingreso de los gigantes tecnológicos al sector financiero, donde menos de un 10% de la población ABI estima que el servicio financiero que entregarían estas empresas sería de peor calidad que el que entrega la banca actualmente, mientras que prácticamente la mitad de dicha población (48,9%) cree que el servicio que proveerían sería mejor. Aún más, uno de cada cuatro está dispuesto a compartir su información bancaria con las denominadas bigtech, a cambio de algún beneficio.
“Todos los indicios que tenemos de Perú son muy alentadores para la banca abierta”, asegura Francisco Mora-Figueroa, senior manager de Servicios Financieros y responsable del equipo de OpenBanking Global de Minsait.
El Perú aún está por detrás de México, Brasil, Colombia y Chile en el desarrollo de open banking. Sin embargo, el especialista asegura que ya hay una voluntad real de los bancos en el país por adoptar esta tecnología .»Lo que le falta al Perú para despegar es voluntad de la banca, que ahora ya la hay; mayor penetración de fintech, que son las que potencian esto porque introducen competencia; y una voluntad del regulador».
Costos y retornos
Si bien la pandemia ha acelerado el interés de los bancos por el open banking, la coyuntura económica también hace que el despegue de la transformación digital en países como el Perú tarde un poco más. “En el caso del Perú, que está en un paso previo, hay un claro interés por lanzar novedades, pero manejando los tiempos en la coyuntura actual. En Europa y en los países de Latinoamérica donde el open banking está más desarrollado, la pandemia ha venido a acelerar ciertas cosas”, dice el especialista.
Más de la mitad de los bancos europeos tenían pensado invertir más de 50 millones de euros en el desarrollo de modelos de openbanking los próximos cinco años. El retorno de las inversiones se espera en los siguientes dos a tres años.
Mora-Figueroa cree que el ritmo de retorno no debería ser más lento en Latinoamérica debido a que la regulación de open banking en algunos países de la región, como Brasil, está avanzando muy rápido.
Lo que se viene después del open banking
El especialista de Minsait adelanta que después de open banking viene el concepto de open business y open finance, un ecosistema en el que la información es abierta, independientemente del sector, y donde el cliente siempre tiene el control.
Eso quiere decir que ya no es solo la banca la que abre la información de sus clientes de manera obligatoria —cuando llegue la regulación— sino que van a haber otras instituciones que también van a tener que hacerlo, como las aseguradoras y las gestoras de fondos de información.
“En Australia está el modelo de open finance, bajo el cual las empresas de telecomunicaciones y energéticas están obligadas a compartir la información de sus clientes, bajo su consentimiento y para recibir algo a cambio”, revela Mora-Figueroa.
Fuente: Gestión