Por: Mauricio Olaya (socio principal del Estudio Muñiz)
Los comités de crisis han asumido una inusual importancia en estas circunstancias. Son conformados mayoritariamente por los principales ejecutivos de la empresa, despachan el día a día con el accionista principal y adoptan decisiones urgentes e inmediatas. ¿La organización debe empezar a operar solo bajo la gobernanza de ese comité de crisis? Mi opinión es que no.
Empresas en modo crisis
En medio de esta situación de crisis se ha puesto a prueba el respeto por la gobernanza en las empresas. De pronto, pareciera que en muchas de ellas los comités de crisis hubiesen dado un golpe de Estado y asumido el control total.
Estos comités de crisis son conformados mayoritariamente por los principales ejecutivos de la empresa, despachan el día a día con el accionista principal y adoptan decisiones urgentes e inmediatas con la idea de “salvar” a la empresa.
Acciones tácticas de plantilla
Lo curioso es que estos comités parecieran dar vueltas sobre lo que termina siendo una plantilla en todas las empresas: (i) reducción de gastos y costos (remuneraciones, servicios de terceros, etc.) a todo nivel que no sea imprescindible, (ii) congelar el capex, (iii) llevar el opex al mínimo, (iv) diferir el pago de proveedores, (v) terminar contratos laborales temporales o suspender de forma perfecta las labores del personal, (vi) activar líneas de financiamiento y otras acciones que dan vuelta sobre lo mismo: preservar la liquidez de la compañía todo lo que sea posible.
Estas líneas no pretenden criticar el hecho que las empresas analicen y decidan con rapidez al interior de un comité de crisis acciones que busquen preservar la liquidez. Se entiende porque como he comentado en otras ocasiones la liquidez es para las empresas lo que la comida lo es para los seres humanos, sin ella simplemente “se mueren”.
Sin embargo, ¿es que la organización debe empezar a operar solo bajo la gobernanza de ese comité de crisis? Mi opinión es que no.
Aprovechando todos los espacios de gobernanza
Por el contrario, los comités de auditoría, recursos humanos, de responsabilidad social corporativa, de innovación, de cumplimiento y sin duda, el directorio, deben estar más activos que nunca. La mirada o aporte de dichas instancias de gobierno es fundamental no solo para la adopción de las ‘medidas de plantilla”, sino justamente para someter esa plantilla a un análisis adicional o para aprovechar el valor de aporte de sus integrantes para que dichas “medidas de plantilla” se ejecuten con matices, excepciones, prioridades o con conciencia plena de los efectos en el corto o mediano plazo.
Tengamos en cuenta que los comités de crisis son espacios llenos de ansiedad en el que los integrantes usualmente se retroalimentan de dicha ansiedad. Son extremadamente tácticos, están conformados por los propios funcionarios de la empresa y con poca participación de los externos y sus objetivos están definidos por la supervivencia en el cortísimo plazo y con muy poco espacio para una mirada estratégica.
La mirada estratégica
Y cuidado, la estrategia no solo está relacionada con el mediano plazo, sino que puede estarlo también con el cortísimo plazo, adoptando medidas o acciones que puedan generarle a la empresa oportunidades interesantes o rentables por: (i) adaptaciones de la empresa a un nuevo entorno sobre el cual hay que debatir y probablemente invertir, (ii) medidas que pueden tomarse para lograr una mayor participación de mercado o no perder la ganada, (iii) medidas de integración con empresas de la competencia para aprovechar sinergias (posibles fusiones o adquisiciones), (iv) desinversiones y otros que si bien no generarán liquidez en los próximos 2 meses si serán imprescindibles para asegurar esa liquidez, para mantener comprometido al talento, para no lesionar relaciones con proveedores de largo plazo, para sostener el valor de la marca y otros. Y es que hoy el primer plan estratégico que deberían estar analizando los directorios es aquel que vaya de los 3 a los próximos 12 meses.
Fuente: Semana Económica