Por: María Elena Guerra-Cerrón
Docente.
En el mes de noviembre de 2019 tuve la oportunidad de participar en el III Encuentro de Mujeres en Gobierno Corporativo “La relevancia de la sostenibilidad corporativa”, organizado por la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas/Centro de Estudios en Gobierno Corporativo (CEGC) de la Universidad de Lima, cuyo objetivo fue desarrollar temas de gobierno corporativo y sostenibilidad ambiental, así como la influencia de la ética en el gobierno corporativo.
Entre tanta información importante y especialmente en el contexto del gobierno corporativo, el liderazgo y la ética, recuerdo la exhortación de un expositor en el sentido que “Hay que evitar los dobles estándares”. El ejemplo que se dio fue que si a una persona en una empresa se le sanciona por una conducta que está prohibida; en la siguiente oportunidad que otra persona tenga la misma falta, entonces deberá recibir igual sanción; bajo el pretexto que se trata de un amigo, o de una persona con un cargo especial no deberá “disculparse” y pasar por alto la falta.
El “doble estándar” se manifiesta cuando las reglas de una empresa son de obligatorio cumplimiento solo para algunas personas, mientras que para otras se trata de una simple declaración que puede ignorarse sin consecuencias. Entonces, de nada servirán los códigos de ética o la enumeración de buenas prácticas que se pueden difundir, si se practica un “doble estándar”, puesto que el mensaje que se da al equipo de trabajo (intramuros) es negativo, es una mala práctica y no es moral. No puede pretenderse que los trabajadores contribuyan a crear valor en la empresa ni que se comprometan con los objetivos empresariales en estas circunstancias.
Este “doble estándar” –o como también se llama “doble discurso” o “doble moral” o “doble pensar”- se manifiesta en cualquier ámbito y respecto a cualquier asunto o materia. Suele decirse que esta forma de pensar, hablar y actuar puede ser inconsciente, esto es, que las personas no se dan cuenta de ello, debido a la gran influencia de la propia sociedad, y todo les parece normal y natural. En relación a lo señalado, me parece que es bastante ilustrativa la explicación del escritor George Orwell de que: “Doble pensar significa el poder de mantener dos creencias contradictorias en la mente simultáneamente, y aceptar ambas”.
Pero si bien puede ser inconsciente en algunos casos, también se puede presentar por conveniencia para quedar bien con otras personas y obtener un beneficio determinado, o por temor a represalias si se dice la verdad ya que no existen garantías o condiciones de seguridad.
Contra el “doble discurso” solo me queda invocar el valor que ha compartido Boletín Sociedades para este primer mes del año 2020: INTEGRIDAD: Hacer lo correcto aunque nadie nos esté mirando (J. Stovall)
Fuente: Boletín Sociedades