Por: Federico Cúneo (Director de Amrop)
En un período en el que las empresas se han visto obligadas a transformarse debido a la crisis sanitaria, les da también la oportunidad de elegir si se convertirán en agentes de cambio positivos para la sociedad o no.
El economista y sociólogo Baltazar Caravedo, en su libro La necesidad de transformar la lógica de la sociedad, habla sobre la energía social como el impacto del comportamiento de las empresas. Por ejemplo, si uno de los proveedores de una empresa promueve malas prácticas, la energía será negativa, pero si la firma vira hacia un proveedor con buenas prácticas, su energía pasa de negro a blanco e influye para bien en la sociedad.
Como empresarios debemos apuntar a ser agentes de cambio para que, a través de nuestra energía positiva, aportemos a la sociedad tanto económica como social y ambientalmente.
ASPECTOS CLAVES
Considero que los CEO juegan un rol importante en este desarrollo positivo, pero para ello se debe tener en cuenta cuatro aspectos:
1. Tener conciencia del impacto económico, social y ambiental de la empresa que dirige: El CEO debe saber cómo va su empresa económicamente (resultados, valor en bolsa, dividendos, etc.),pero, también, conocer cómo su firma participa en la formación y divulgación de valores a través de ejemplos como la puntualidad en las remuneraciones y contribución tributaria, así como el comportamiento de cada uno de los miembros de su organización.
2. Asegurarse de que toda la organización viva valores y se reflejen en todos los miembros: Es responsabilidad del CEO que todos los colaboradores sepan y entiendan qué beneficio aporta el negocio a la sociedad más allá de reputación en el mercado o buenos sueldos. Por ejemplo, la misión puede ser mejorar la calidad de vida de sus trabajadores y sus familias; o estrechar brechas de género en el desarrollo de sus actividades, tener presente las posibilidades y actuar para desarmar sistemas de corrupción, etc. Asimismo, es fundamental liderar con el ejemplo para que todo el equipo comparta lo que se pregona.
3. Tener un plan de mejora de su energía social e instrumentos para medirla: Tener esto bajo perspectiva y como parte de la agenda permitirá a la empresa enfocarse en las acciones que generan mayor energía social. Para ello, deben hacerse las siguientes preguntas: del 1 al 10, ¿Cuánta energía social posee la firma en cada frente? ¿A cuánto se quiere llegar? ¿Cuál es la prioridad?
4. Dar continuidad a la energía social entendiendo que no es una moda, es una forma de dirigir: En panoramas como los actuales, el CEO tiene la obligación de entender que no es cuestión de dinero. Es decir, si la empresa no está pasando por la mejor época económica, bastará con actitudes positivas como llamar a los colaboradores contagiados de COVID-19 para darles aliento y decirles que su trabajo es valioso para la compañía.
Si los que formamos parte de la dirección de las empresas pensamos en Perú como mi país, en vez de este país, y nos preguntamos: ¿qué puedo hacer yo como CEO por mi país? podremos convertirnos en verdaderos agentes de cambios.
ACTITUDES A EVITAR
Por otro lado, existen tres actitudes que un CEO debería evitar a toda costa:
1. Ignorar la energía social: No tomar en consideración la energía de nuestras acciones y su impacto en la sociedad va en contra de los intereses de cualquier firma, porque si se tienen las capacidades para posicionarse y generar energía positiva, una falta de interés en ello generará una energía negativa que será percibida y podría crear un grupo de antis.
2. Actitudes arrogantes: Tener éxito económico no lo es todo. Sí, es importante y debe ser reconocido, pero los frentes sociales y ambientales también forman parte del éxito de una compañía.
3. Ser indiferente ante lo que pasa en la sociedad: Estar conectado con lo que pasa en el país y tratar de ayudar a la comunidad lo más que se pueda, dentro de las posibilidades de la empresa, debe ser uno de los pilares.
El proceso de transformación ya está en marcha. Nosotros hemos realizado entrevistas a 60 CEOs y todos nos respondieron que lo que más les preocupaba en esta crisis eran sus colaboradores. Para mí, eso ya es una muestra de transformación social.
Fuente: Gestión