Los clientes son la parte más importante de cualquier estrategia de negocios. Sin embargo, se suele relegar a la base de toda cultura corporativa: los colaboradores. En la medida que estos se encuentren más satisfechos en su organización, mejorarán la calidad de su trabajo, impactando en los productos o servicios que se comercializan y en el posicionamiento de la marca a través del tiempo.
Ante ello, surge el “employee centricity” como una de las tendencias que cobran mayor relevancia a la hora de retener talentos y gestionar empresas. De hecho, Linkedin reporta que las compañías que tratan mejor a sus empleados tienen un incremento de 50% en la cantidad de postulantes calificados que reciben y reducen a la mitad sus costos de contratación.
Una estrategia employee centricity se cimenta en la motivación, empoderamiento e involucramiento de los trabajadores. Así, cobran un rol protagónico; y, al hacerlo, se adaptan, con mayor facilidad, a las tareas que deben ejecutar, lo cual optimiza su rendimiento, disminuyendo la cantidad de empleados que buscan nuevas oportunidades de trabajo activamente, estadística que asciende a 48% en países como Estados Unidos, según una investigación de Gallup.
Cuando la satisfacción de los empleados aumenta, también incrementa su nivel de lealtad y compromiso, lo cual favorece a la productividad. Estas líneas de acción van estrechamente vinculadas y repercuten, directa o indirectamente, en el trato con los consumidores finales.
Además, influencian en el clima laboral, propiciando el trabajo colaborativo y el compañerismo. Un equipo unido, motivado y seguro es vital para alcanzar el éxito empresarial, pero siempre debe estar guiado por un buen líder. La consultora Mercer indicó que el 74% de las personas que desarrollan mejor sus carreras son apoyadas por sus gerentes.
Para implementar un plan que tenga como eje central al colaborador, se debe considerar a la comunicación interna como un pilar fundamental. Esta ꟷjunto al uso de nuevas tecnologías y al desarrollo de tácticas creativasꟷ permitirá que las ideas de los empleados sean escuchadas y valoradas. Pero eso no es todo. Las organizaciones también deben garantizar el aprendizaje, tanto virtual como colectivo, e implantar políticas adecuadas que permitan conseguir ascensos de acuerdo con el esfuerzo de cada uno.
Establecer una cultura employee-centric requiere de tres pasos:
1. Conocer a los colaboradores, haciendo una evaluación para saber si las necesidades del personal han sido cubiertas y cuáles son los retos que se deben afrontar.
2. Analizar la información que hemos recopilado por medio de, por ejemplo, encuestas anónimas.
3. Tomar las decisiones correctas para realizar los cambios pertinentes.
Un salario justo, una cultura organizacional positiva, el sentido de importancia en las labores que se realizan e, inclusive, un modelo de trabajo flexible (remoto o híbrido) permitirán equilibrar la vida profesional y personal. De esta forma, se pondrá al trabajador al centro de la estrategia y se propiciará la retención de estos talentos, considerando que el bienestar de cada uno de ellos beneficiará al negocio en su conjunto.
Fuente: La Cámara