El presidente del directorio de Caretas, Enrique Zileri Gibson, falleció la madrugada de este lunes, a los 83 años, luego de semanas de presentar un estado de salud debilitado, producto de una enfermedad.
La presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, hizo lo propio al avisar del fallecimiento a través de su cuenta en Twitter.
“Conmoción al enterarme del fallecimiento del periodista Enrique Zileri, director de Caretas. Parte de la historia del país se va con él. Q.E.P.D.”, escribió la primera ministra en su cuenta de Twitter.
A ella se sumaron varios personajes de la política y el periodismo, quienes destacaron la importancia de su trabajo al frente de la revista que se convirtió en unreferente del periodismo nacional.
Su hijo, Marco Zileri, hoy cabeza de la revista, señaló que el cuerpo de su padre será velado en estricto privado, en su casa. El sepelio será este miércoles 27.
Sin embargo, Erique Zileri fue más que el director de un medio de comunicación importante, fue un luchador que desde su trinchera defendió la democracia, la libertad de expresión y los derechos humanos. Fue un soñador y personaje inspirador para varias generaciones de periodistas que hoy lamentan su partida.
Hijo del diplomático argentino Manlio Aurelio Zileri y la periodista Doris Gibson, fundadora, junto con Francisco Igartua, de la revista Caretas (1950), fue un joven curioso que viajó por el mundo. Uno de sus primeros viajes lo realizó junto a su madre, en busca de una cura a la tuberculosis que lo atacó cuando era pequeño.
Debido a los continuos viajes de su padre, por compromisos propios de su cargo y los que él tuvo que hacer para curarse de su enfermedad, la relación entre ambos fue casi inexistente, tanto que Zileri pudo hablar con su padre por primera vez a las 10 años, en un encuentro que sería el primero y el último, pues Manlio Aurelio falleció a los 45 años.
Fue un joven inquieto que se inició como publicista, sin embargo, todavía lejos de descubrirse como periodista, partió del Perú en una búsqueda de sí mismo, que lo llevó por varios países de Europa.
Sus primeras notas periodísticas fueron crónicas de viaje que compartió en la entonces recientemente fundada revista Caretas, actividad que le sirvió para redescubrir su pasatiempo favorito, escribir.
Cuando Caretas se volvió una revista política y criticó al régimen del general Odría, Enrique tuvo que volver a Lima y ocupar junto a su madre la dirección de este medio, en reemplazo de Francisco Igartua. Ese sería el inicio de una brillante carrera que marcó historia en el periodismo peruano y que solo fue interrumpida momentáneamente, durante la dictadura del general Juan Velazco Alvarado.
En el 2010, fue distinguido como Doctor Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Además, fue presidente del Instituto Internacional de la Prensa (1988-1990) y presidente del Consejo de la Prensa Peruana (CPP).
En noviembre del 2013, Zileri Gibson, al lado de otros siete ciudadanos, interpuso una demanda de acción de amparo ante el Poder Judicial en contra la concentración de la propiedad medios de prensa escrita en el Perú.
La República
El periodista combativo que apostaba por la democracia
Su paso definitivo a las filas del periodismo (estudió publicidad) se dio a su retorno del Viejo Mundo: empezó primero como jefe de publicidad de Caretas, pero, a la salida de Igartua, empezó como codirector del semanario junto con Doris Gibson, quien más que madre fue su colega.
En pocos años, con la presencia de Zileri, la publicación pasó de mensuario a quincenario y después a semanario, siempre con sus portadas creativas, que sacaban roncha a los políticos.
Con la verdad
“Lobo estepario ingresa gateando al twiteo”, escribió el 22 de febrero de 2013, en su primer mensaje en la red de los 140 caracteres. Zileri mantuvo actualizada esa cuenta hasta abril de este año, mientras luchaba contra una enfermedad de apellido doloroso. Quienes trabajaron con él lo recuerdan por su capacidad luchadora.
El novelista Mario Vargas Llosa subraya que el semanario Caretas dirigido por Zileri Gibson “fue siempre muy crítico de todas las dictaduras que han afeado nuestra historia moderna y una trinchera en la que encontraron siempre hospitalidad quienes defendían las mejores opciones para el Perú y se oponían a los abusos, la corrupción y los atropellos a la libertad de prensa”.
Una leyenda
Es una leyenda en la historia de la prensa peruana los cierres de edición que comandaba Zileri en Caretas, primero en el jirón Camaná 615 y luego en el portal Botoneros. Llenos de adrenalina. Era vehemente, gritaba y –alguna vez–, se dice reventó un televisor por la pérdida de una primicia.
Este lobo solitario durante más de medio siglo estuvo casado con Daphne Dougall. Estudió en el Perú, Chile y Estados Unidos y ya cuajado como periodista, durante el régimen de Juan Velasco Alvarado, fue deportado a la Argentina.
Buen humor
Pese a ello, pontificaba que el humor “es una forma de defenderse”. Y en 1995, tras la reelección de Alberto Fujimori, se bañó en la plaza de Armas, pagando una apuesta.
En 2007 pasó a manos de su hijo Marco la dirección de Caretas, y, desde entonces, se desempeñó como presidente del directorio. Aunque tenía el sueño de volver algún día como asesor editor a esa revista para seguir ejerciendo el oficio más bello del mundo, como decía Gabriel García Márquez.
Reconocido
El Colegio de Periodistas de Lima lo homenajeó este año. Zileri presidió el Instituto Internacional de la Prensa. En 1998 recibió el Knight International Press Fellowship Award.
El Peruano