Estados Unidos anunció el lunes que levantará en noviembre, para las personas vacunadas y que se sometan a pruebas y rastreo de contactos, las restricciones de ingreso al país impuestas hace 18 meses por la pandemia de COVID, que perjudicaban especialmente a los viajeros provenientes de Europa, Reino Unido, China y Brasil.
Jeffrey Zients, coordinador de respuesta al coronavirus del gobierno del presidente Joe Biden, dijo a la prensa que la medida entrará en vigor a “principios de noviembre”, informó la agencia AFP.
Actualmente, Estados Unidos prohíbe la entrada directa a personas que no son ciudadanos o residentes permanentes si han estado dentro del espacio Schengen de Europa o el Reino Unido en los últimos 14 días, independientemente del estado de vacunación.
La flexibilización de las restricciones de viaje impuestas en marzo del 2020 por Donald Trump, cuando estalló la pandemia de coronavirus, marca un cambio significativo por parte del gobierno de Joe Biden y responde a una importante demanda de los aliados europeos en un momento de tensas relaciones diplomáticas.
Además, el cierre de fronteras afectaba a millones de viajeros, incluso para los vacunados, causando dolorosas situaciones personales y familiares, así como una creciente impaciencia particularmente entre los europeos.
Actualmente, solo los ciudadanos estadounidenses, residentes y extranjeros con visas especiales pueden ingresar a Estados Unidos desde la mayoría de los países europeos.
En el caso de Perú, El régimen de ingreso para los los viajeros peruanos y de otros países de América Latina es diferente y aún no está claro si se exigirá estar vacunados por completo en noviembre cuando se aplique la nueva medida. Por ahora, solo se exige pruebas PCR y de antígenos antes de abordar un vuelo hacia el país norteamericano.
Numerosas salvaguardias
Se mantendrán no obstante numerosas salvaguardias para evitar la propagación del virus, que ya mató a más de 670,000 estadounidenses, y que aumenta debido a la variante delta, después de una fuerte caída en los primeros meses del año.
No está claro en lo inmediato si la nueva medida se aplica solo a las vacunas aprobadas por Estados Unidos, o si también incluye a las fabricadas por China o Rusia. Zients dijo que eso será determinado por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC).
Agregó que se mantendrán las restricciones al movimiento de vehículos desde Canadá y México. “No tenemos actualizaciones sobre las políticas de fronteras terrestres”, aclaró.
Zients dijo que los viajeros deberán demostrar estar completamente vacunados antes de abordar los aviones con destino a Estados Unidos, y también proporcionar una prueba de COVID-19 negativa tomada un máximo de 72 horas antes.
Los estadounidenses que no estén inmunizados podrán ingresar solo si exhiben una prueba negativa realizada dentro de las 24 horas previas.
Las mascarillas serán obligatorias en los vuelos con destino a Estados Unidos y las aerolíneas proporcionarán a las autoridades sanitarias del país información para rastreo de contactos.
“Este nuevo sistema sigue las recomendaciones de la ciencia para mantener seguros los viajes aéreos internacionales de los estadounidenses”, dijo Zients.
El anuncio fue acogido rápidamente por el grupo Airlines For Europe, que consideró que “esta decisión dará un impulso muy necesario al tráfico y turismo transatlántico y reunirá a familias y amigos”.
Si bien se esperaba que Biden reabriera las fronteras para la Unión Europea (UE) y Reino Unido, el anuncio abarca a todo el mundo.
“Esto se aplica a todos los viajes internacionales”, dijo Zients.
Irritación
La restricción irritaba profundamente a las autoridades británicas y de UE, que este mismo lunes recomendó a sus Estados miembros reimponer las restricciones a los viajeros estadounidenses cuando antes se permitía el ingreso de aquellos vacunados.
La decisión del gobierno de Biden se produce en vísperas de su discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde la pandemia será el tema principal.
También se produce en momentos en que Washington y París discuten amargamente por el repentino anuncio de Australia de que adquirirá submarinos nucleares estadounidenses como parte de una nueva alianza de defensa, abandonando un contrato francés anterior para submarinos de propulsión convencional.
Francia llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos y acusó al gobierno de Biden de apuñalarlo por la espalda.
Sin embargo, los funcionarios estadounidenses negaron que la decisión de la Casa Blanca obedezca a un intento por aplacar a Francia.
“Esto está realmente motivado por la ciencia”, dijo un funcionario del Departamento de Estado.
Fuente: Gestión