Por: Jorge Zeballos, Gerente General de ESET
Estamos hiperconectados no solo para teletrabajar, sino también para sobrellevar la inmovilización social. Antes de la pandemia ya vivíamos una relación intensa con nuestros dispositivos móviles. Sin embargo, hoy más que nunca estamos hiperconectados no solo para teletrabajar, sino también para sobrellevar la inmovilización social mediante videojuegos, música, películas y mucho más; nos vemos sobresaturados de información en línea, seminarios web, cursos e infinidad de propuestas que nos ofrece el internet.
La demanda de servicios digitales se ha incrementado en más de 300% y esta cifra se muestra en el incremento de las suscripciones vía streaming y en las plataformas de música, así como en la compra de software, pero de lo que no se habla es de la suplantación de identidad en las cuentas y sobreutilización de licencias, que ocasiona además de pérdida de dinero para las empresas, una ventana para los cibercriminales.
Es cierto que la velocidad con la que ha crecido la demanda de estos servicios ha permitido que muchos clientes decidan compartir con amigos o familiares el usuario y contraseña de plataformas de video u otros servicios, con la idea de “ahorrar” dinero, pero sin medir el peligro y sin conocimiento de que este accionar fomenta la reventa de cuentas y da oportunidad a ciberestafas.
El teletrabajo nos ha traído innumerables desafíos, la fuerza laboral se fue a casa y trabaja desde allí. Tiene acceso y opera los sistemas de la empresa, que contienen data sensible que celosamente resguardaba el equipo de TI de la empresa.
¿Cómo asegurar que ese intercambio de datos esté seguro, será cuestión de habilitar una VPN (red privada virtual)? Útil, pero no suficiente. Porque lo que también hay que asegurar es la red doméstica.
Mis recomendaciones para disfrutar de la tecnología de forma segura: primero, respetar el número de usuarios o equipos que se contratan en un servicio digital.
Segundo, usar softwares originales para frenar la ciberdelincuencia, que también ha crecido en estos días.
Finalmente, ser muy cautos con las ofertas en línea en páginas de dudosa procedencia que ofrecen servicios mucho más económicos, pero que podrían tratarse de cuentas robadas, duplicadas o simplemente para robar información personal como cuentas bancarias. Es mejor pecar de precavido y siempre cuidar de no poner en riesgo nuestra valiosa información.
Fuente: El Peruano