El presidente de Colombia, Iván Duque, sacó los militares a las calles de las principales ciudades para controlar manifestaciones y disturbios que rechazan su reforma tributaria. Pero la decisión causa temor en un país golpeado por más de medio siglo de conflicto armado.
Acompañado por el comandante del ejército, anunció el sábado que usará la figura de “asistencia militar” para combatir “a quienes por la vía de la violencia, el vandalismo y el terrorismo pretenden amedrentar a la sociedad”.
Reporteros de la AFP constataron la presencia de soldados durante las manifestaciones que empezaron el miércoles en todo el país.
Un soldado hace guardia junto a los tanques del Ejército en las afueras de Bogotá, el 4 de mayo de 2021. (Foto de DANIEL MUNOZ / AFP). (DANIEL MUNOZ/)
Para “la ciudadanía, esta medida fue recibida de manera negativa como una militarización”, e incluso como una “represión”, advierte Eduardo Bechara, profesor de gobierno y políticas públicas en la Universidad Externado.
Y es que tras seis décadas de un conflicto armado que persiste pese a la firma de la paz con la guerrilla FARC en 2016, los gobiernos están más acostumbrados a lidiar con la guerra en el campo que con las protestas urbanas, coinciden expertos entrevistados.
Según la Defensoría del Pueblo (Ombudsman), los disturbios y manifestaciones dejan al menos 19 muertos. El ministerio de Defensa, por su parte, contabiliza más de 800 heridos y cientos de establecimientos destruidos.
El viernes, Cali fue la primera ciudad militarizada, en medio de desmanes que se dieron a la par de protestas pacíficas.
El ministro de Defensa, Diego Molano, anunció el despliegue de 700 soldados en la capital del Valle del Cauca (suroeste) para enfrentar “organizaciones criminales” que orquestan los disturbios.
Apagar las protestas
Para el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, este es un intento por amedrentar la protesta social.
“Creo que es la vieja estrategia de siempre, de que a punta de represión entierran las personas. Es un mensaje para apagar las protestas”, afirma el investigador.
En Bogotá y Medellín, los alcaldes de oposición rechazaron la oferta de militarizar sus ciudades. Aún así, soldados patrullan la capital por orden presidencial.
La cifra de efectivos desplegados es reservada. En Colombia hay 266.606 militares y 157.820 policías que dependen del ministerio de Defensa, según datos oficiales.
La militarización se instala mientras la policía está en el ojo del huracán por la manera como reprime las protestas contra el gobierno.
En 2020 la fuerza pública enfrentó a bala movilizaciones contra la brutalidad policial, dejando una docena de muertos y más de medio millar de heridos.
La Corte Suprema de Justicia ordenó luego al ministerio de Defensa pedir disculpas por sus excesos y reformular sus protocolos.
Pero las denuncias vuelven de la mano de las ONG, organismos internacionales y oposición por presuntos atropellos cometidos durante las jornadas en curso.
Según la ONG Temblores hubo 940 casos de abuso policial en los últimos días y se investiga “la muerte de ocho manifestantes presuntamente atacados por policías”.
Este martes, el portavoz del servicio diplomático de la Unión Europea, Peter Stano, se dijo a su vez preocupado por la situación en Colombia y aseguró que “es realmente una prioridad contener la escalada de violencia y evitar el uso desproporcionado de la fuerza”.
En tanto que la oficina local de derechos humanos de la ONU denunció en Twitter “amenazas y agresiones”, así como “disparos realizados por la policía” contra una comisión humanitaria.
En la misma red social, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos exhortó al Estado a esclarecer su participación en ataques que incluyen abusos sexuales.
Mientras tanto el gobierno guarda silencio y reconoce apenas un civil y un policía fallecidos relacionados con las protestas.
Regreso al pasado
Sacar a los militares a las calles acarrea “un riesgo terrible”, ya que el ejército está acostumbrado a combatir a sangre y fuego a grupos armados, advierte Ávila.
“Es una respuesta excesiva (…) que va a incrementar el número de muertos”, añade.
Para Florent Frasson-Quenoz, especialista de seguridad internacional, la decisión va en consonancia con los “electores de derecha dura” que votan por el partido en el poder (Centro Democrático), a un año de elecciones presidenciales.
Se trata de un regreso a la política de “mano dura” que lideró el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), mentor político de Duque, durante su lucha contra las guerrillas de izquierda.
Twitter censuró el viernes un mensaje del exmandatario que invitaba a la fuerza pública a “utilizar sus armas para defender su integridad, para defender a las personas y bienes (…) del terrorismo vandálico”.
Presionado por las manifestaciones, Duque retiró la propuesta de reforma tributaria y propuso formular una sin los artículos más controvertidos y agresivos con la clase media.
El Comité Nacional de Paro, que reúne a sectores inconformes, anunció que seguirá convocando a manifestaciones para exigirle a Duque cambiar el rumbo de sus políticas.
Para Bechara es la oportunidad de que “el gobierno y otros sectores políticos y sociales y económicos converjan en torno a esta necesidad de repensar la seguridad en un marco de referencia distinto” al del conflicto armado.
Fuente: AFP
Me parece que la protesta debe ser reglamentada, no se puede aplaudir la quema de negocios de carreteras de bienes de uso publico ciudadano, causar detrimento a nuestros bolsillos de los cuales ha salido y debe salir el dinero para el mejoramiento de nuestra locomoción, menos aún aplaudir la muerte o lesiones de personas en la mayoría de los casos inocentes que están prestando el servicio de salvaguardia de nuestros bienes.
Los manifestantes del día nos están vulnerando el derecho de quienes queremos protestar por las decisiones malas de nuestros gobernantes ya que al generar vandalismo se genera es violencia la que debe ser reprimida por quienes tienen la obligación de hacerlo y es ahí donde se pierde nuestra posibilidad de expresión pacifica, nos cercenan el derecho democrático de oposición pacífica, no podemos salir por que aparecen estos personajes encapuchados que ya con ese solo hecho deberían ser objeto de detención al constituirse en indicio de ocultamiento para actuaciones delictuales, personajes estos que como se ha visto en grabaciones causan lesiones a particulares y miembros de las fuerzas públicas amen de los daños de gran valía en nuestros bienes. Cuando se reglamenten estas marchas o protestas y se establezcan los derechos y obligaciones de los manifestantes y policías o fuerzas públicas dentro del desarrollo de cualquier marcha de protesta ahí si serán claras sus sanciones. igualmente debe reglamentarse el contenido de los medios de comunicación y aplicar o establecer sanciones cuando se vea que están siendo manejados por alguna corriente política, tal como sucede en los noticieros en los que se maneja una parte de la historia y nunca conocemos cual fue su origen, un ejemplo claro es cuando muestran policía agrediendo a una persona pero no muestran lo que dio origen a dicha acción, si van a mostrar esto obligatoriamente deben mostrar su inicio igual identificar quien es la persona agredida que estaba haciendo minutos anteriores o durante la protesta para ahí poder enviar la noticia a todo el mundo pensemos que esto esta siendo difundido a niños que en su inconsciente pueden quedar secuelas contarías a lo que posiblemente no fue cierto o fue la respuesta a una actuación ilegal, sea o lo que sea el ciudadano debe respeto a la autoridad y si no existe este respeto pues mejor volver a la barbarie y que sea la ley del mas fuerte o sea la sin ley sin ordenamientos jurídicos sin respeto a la propiedad privada al individuo. por favor reglamenten las protestas y así podremos defender nuestros derechos dignamente y sin miedo de poder expresar nuestra inconformidad.