Conozca algunos retos y ventajas que se desprenden de la utilización de la herramienta tecnológica, teniendo en cuenta que su uso constituye un paso adelante y que su empleo se aceleró en medio de la pandemia generada por el covid-19.
La virtualidad constituye un punto importante para un quiebre en el servicio de justicia que permita la modificación de todos los aspectos mal diseñados en el sistema de justicia presencial.
Así lo advierte el jurista Nelson Ramírez Jiménez al comentar las disposiciones emitidas por el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial (CEPJ) para el desarrollo de las labores jurisdiccionales y administrativas de los jueces, juezas y personal auxiliar de este poder del Estado.
En declaraciones al Diario Oficial El Peruano, Ramírez Jiménez considera que entre los aspectos a superar en el sistema de justicia presencial figura la acumulación de audiencias programadas a la misma hora en un mismo día.
“El hecho que convoquen a audiencias públicas: audiencias de juzgamiento y un largo etcétera, todas a la misma hora, el mismo día; y tenemos 10, 12, 15, 20 audiencias; uno (el abogado) en tiempo de espera a que llegue su turno; eso se debe superar, eso no debiera volver a presentarse”, afirma.
No obstante, el jurista también reconoce que existen detalles por superar en la virtualización de las audiencias como, por ejemplo, la presentación de magistrados con pantalla apagada.
“Hace poco tuve una audiencia en Ica, virtual, y dos de los magistrados no aparecían en pantalla, pantalla apagada; eso ha generado jurisprudencia en varios países entendiendo que pantalla apagada es una enorme falta de respeto a la justicia y a los litigantes y, por cierto, a los abogados”, detalla el jurista.
Ejercicio de la defensa
Ramírez Jiménez coincide con la mayoría de los abogados en el país que luchan por una virtualidad en que esta permite, desde cualquier lugar de la Patria, ejercer la defensa en cualquier otra localidad del territorio nacional. Sin embargo, advierte que esta posibilidad generará –si es que aún no está generando– una preocupación a los colegios de abogados en la medida que toda colegiatura a un gremio de profesionales de Derecho ya no resultaría necesaria para ejercer la defensa en una determinada circunscripción judicial.
“La colegiación local para una especie de fuero privado; para los colegios (de abogados) ya dejó (de ser necesaria), se vino abajo esa barrera. No tengo (como abogado) ningún problema desde Lima defender en Tumbes o en Tacna, en los rincones de la Patria, y no hay nadie que me lo impida”, explica el jurista.
En consecuencia, reconoce que la virtualidad goza de una enorme virtud que debe ser aplicada.
Impacto
A criterio de Ramírez Jiménez, definitivamente la virtualización de la justicia ha sido un paso adelante, con todos los problemas que pueda tener como, por ejemplo, la cobertura del Internet en el país en cuanto al ancho de banda para tener facilidades tecnológicas.
“Sin perjuicio de esos detalles, que son importantes, pero no definitorios, la virtualidad se ha impuesto”, asevera el jurista.
Además, sostiene que en medio de la tragedia que ha significado el covid-19, de hecho la virtualización de la justicia se aceleró no solo en el Perú sino en el mundo entero.
A modo de ejemplo, Ramírez Jiménez, cita el caso de Colombia.
“Hace poco en Colombia se ha debatido enormemente si se volvía a la presencialidad o se continuaba con la virtualidad. Optaron por lo segundo, con una ley, no solo con una resolución administrativa de la Corte Suprema, con una ley en la que se precisa los alcances de la virtualidad y cuando esta no es posible”, indica. Evidentemente, precisa, ese país adoptó esa opción reconociendo que hay pueblos dentro de Colombia –igual que en el Perú– que no tienen acceso a Internet, por lo que la presencialidad es considerada como una opción válida.
Fuente: El Peruano
Agradezco el interés y difusión de mis declaraciones.