Por IDL-Reporteros.-
Pocos días antes de cumplirse el primer aniversario de la publicación inicial de los audios del caso Lava Juez (o CNMAudios), nuevos eventos indicaron que el caso no solo se encuentra lejos de estar resuelto, sino que muestra peligrosos signos de retroceso.
El miércoles 3 de julio, pocos días antes de que la Corte Suprema vea el recurso de casación interpuesto por Keiko Fujimori y otros, en contra de la prisión preventiva decretada por un juez y confirmada en instancia superior, el fiscal supremo Víctor Raúl Rodríguez Monteza envió formalmente el alegato del Ministerio Público, en un documento de 52 páginas entregado en mesa de partes a las 3:25 de la tarde, tres horas antes del partido Perú-Chile.
La prisión preventiva había sido, debe recordarse, pedida por el fiscal provincial del Equipo Especial, José Domingo Pérez; y defendida en la segunda instancia por el fiscal superior Rafael Vela. Se suponía que en la Corte Suprema, el fiscal Rodríguez Monteza debía sostener los argumentos de los fiscales encargados de la investigación del caso. Los defensores de Keiko Fujimori iban, por supuesto, a abogar por la posición contraria.
Pero, el alegato escrito de Rodríguez Monteza resultó un documento más de la defensa de Keiko Fujimori. El fiscal respaldó plenamente la posición de Fujimori, criticó la actuación de los fiscales del Equipo Especial y pidió “se declare fundada [sic] el recurso de casación interpuesto…” por Keiko Fujimori y otros (Jaime Yoshiyama, Pier Figari y Luis Alberto Mejía Lecca).
Keiko Fujimori en su audiencia de prisión preventiva el 24 de octubre de 2018. (Foto: El Comercio)
¿Es posible que un fiscal ataque a sus colegas de rango menor (que habían ganado en las dos instancias previas) y termine alineado con la defensa de los acusados?
La idea es chocante, pero conceptualmente posible. En teoría, pueden darse diferencias profundas, de orden filosófico; o, en un plano más concreto, de análisis de los hechos, que lleven a un cambio tan radical y desestabilizador. Es posible. Posible que, incluso en estos tiempos haya en la judicatura quienes adapten su vida a la célebre máxima aristotélica (con múltiples variaciones) de “Amicus Plato, sed magis amica veritas” (“Soy amigo de Platón, pero la Verdad es una mejor amiga”).
¿Es Rodríguez Monteza un hasta hoy desconocido Aristóteles de la avenida Abancay? ¿Podría decir, por ejemplo, que es más amigo de la verdad que de ‘los Cuellos Blancos’?
Todo indica que no.
Porque hay mucha evidencia de la estrecha relación de Rodríguez Monteza con ‘los Cuellos Blancos’, tanto los que han sido descubiertos y procesados como los hasta hoy impunes.
¿Hechos? Aquí vienen.
Hace un año y días, la investigación sobre la organización de jueces y fiscales corruptos, ‘los Cuellos Blancos’, progresaba en medio de una creciente complejidad. Se había avanzado desde las bandas del Callao hasta la Corte Suprema. El progreso había sido inesperado y vertiginoso. Pero faltaba todavía una buena parte del camino probatorio por recorrer.
Una fiscal de control interno del Callao, que tomó conocimiento parcial de la investigación en conversación con una de las fiscales empeñadas en el caso, le contó, en los primeros meses del año pasado, lo que sabía al entonces fiscal Supremo de Control Interno, Víctor Raúl Rodríguez Monteza. Lo hizo de buena fe, pensando quizá que el fiscal supremo se iba a entusiasmar con la increíble investigación.
De inmediato, Rodríguez Monteza se contactó con miembros de la organización de ‘Cuellos Blancos’, para alertarles de que los estaban investigando.
Un colaborador eficaz contó, en su confesión, que hacia fines de mayo del año pasado, el entonces presidente de la Corte Superior del Callao, Walter Ríos, encomendó al empresario Mario Mendoza para que “acuda al despacho del Fiscal Supremo de Control Interno Víctor Raúl Rodríguez Monteza” a fin de averiguar si había en su despacho alguna investigación en su contra. Debido a que Rodríguez Monteza estuvo de viaje, Mendoza recién pudo verlo a principios de junio. Entonces, el fiscal supremo dijo a Mendoza que la investigación “podría encontrarse en otra fiscalía” y también que si Wálter Ríos “quería averiguar, que vaya él mismo a su despacho”. La alarma ya había cundido y ‘los Cuellos Blancos’ sabían dónde ir en busca de información urgente.
Otro colaborador indicó que Mario Mendoza, en una reunión con fiscales, se percató que estos “tenían las resoluciones judiciales y disposiciones de la Fiscalía relacionadas a los números telefónicos de los miembros de la organización “Cuellos blancos”, siendo que dicha documentación fue proporcionada por Víctor Raúl Rodríguez Monteza, por intermedio de Pablo Morales Vásquez”.
Otro colaborador señala que Rodríguez Monteza alertó al hermano de Duberlí Rodríguez. “La información [sobre la investigación fiscal] fue comentada por el fiscal supremo titular Víctor Raúl Rodríguez Monteza al hermano del doctor Duberlí Rodríguez Tineo [entonces presidente del Poder Judicial], más conocido como ‘el puma’, José Luis Rodríguez Tineo, en una fiesta donde asistieron los miembros del CNM (…) que le comentaron que habían grabado un audio entre Walter Ríos y Gianfranco [Paredes] donde se les escucha la ayuda para el nombramiento de un fiscal adjunto en la ciudad de Tacna, entre otros. Asimismo, Walter Ríos se enteró por el doctor Hinostroza, entre otros, comentándole que vería la forma de manejarlo ante el fiscal supremo de Control Interno (Víctor Raúl Rodríguez Monteza)”.
Así que resulta que Rodríguez Monteza fue extremadamente diligente en alertar a los mafiosos sobre las investigaciones.
Del alerta pasó al ataque. Luego de las primeras publicaciones de los CNMAudios en IDL-Reporteros, el 12 de julio del año pasado, Rodríguez Monteza envió una comunicación amenazadora a IDL-R y Panorama, exigiendo que se le entreguen todos los audios y se le informe sobre quiénes los habían proporcionado. Ambos medios periodísticos rechazaron la amenaza como un atentado contra la libertad de prensa. Rodríguez Monteza reculó.
Poco después, apareció en algunos audios publicados por IDL-R y fotos que mostraban su cercana relación con los miembros principales de los ‘Cuellos Blancos’.
Es una relación que, en cuanto al entonces ya muy corrupto CNM, fue evidente desde la postulación de Rodríguez Monteza a una plaza de fiscal supremo, en las pruebas de los procesos 001-2015-SN/CNM y 002-2015-SN/CNM llevadas a cabo en 2015.
En las pruebas, el examen escrito se realizó el 20 de setiembre; la evaluación curricular, el 26 de octubre; y la entrevista personal el 15 de diciembre.
Rodríguez Monteza junto a consejeros del CNM y al exfiscal de la Nación Pablo Sánchez. (Foto: Ministerio Público)
La nota mínima en el examen escrito era de 66.6 puntos. Rodríguez Monteza logró solo 66. Pidió, sin embargo, una reconsideración y la obtuvo. Le subieron un punto y medio y pasó de 66 a 67.5 puntos, con lo que logró entrar a la siguiente etapa.
Nota inicial y nota después del pedido de recalificación de Rodríguez Monteza. (Foto: CNM)
En la evaluación curricular, la nota que recibió Rodríguez Monteza fue otra vez baja: 81.25 puntos. Pidió de nuevo una reconsideración y la obtuvo. Le aumentaron siete puntos, con los que alcanzó 88.25.
Nota inicial. (Foto: CNM)
Nota después de la recalificación. (Foto: CNM)
Suficiente, luego de una entrevista amiguera, para quedar como segundo candidato en reserva, hasta agosto de 2016, cuando se lo nombró fiscal supremo luego de la salida de José Antonio Peláez Bardales, por límite de edad. A la juramentación asistió el entonces abogado de Alan García, Genaro Vélez.
Ceremonia de juramentación de Rodríguez Monteza como fiscal supremo ante el CNM. A la izquierda, en recuadro rojo, Genaro Vélez, entonces abogado del expresidente Alan García. (Foto: Ministerio Público)
Pese al escándalo de los CNMAudios, los fiscales nombrados en ese concurso (Tomás Aladino Gálvez, Luis Arce Córdova y Víctor Raúl Rodríguez Monteza) sobrevivieron. Arce en el Jurado Nacional de Elecciones; y los otros dos, manteniéndose en coalición con Pedro Chávarry, especialmente después de que la mayoría fujimorista en el Congreso decidiera defender a este a cualquier precio, como un asunto de supervivencia. El hecho es que los tres hacen mayoría en la Junta de Fiscales: una mayoría desprestigiada y quiñada, pero mayoría al fin.
Hay incluso similitud en los métodos que utilizan para ejecutar acciones que saben provocarán una profunda repulsa. Chávarry se aventuró a destituir a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez en la noche del 31 de diciembre, especulando que las fiestas actuarían como anestésico del abuso. Se equivocó.
Rodríguez Monteza decidió presentar su defensa de Keiko Fujimori el día del partido de fútbol Perú-Chile.
Con partido o sin él, la maniobra de Rodríguez Monteza es tan chocante que hasta su adjunto, Alcides Chinchay, decidió tomar distancias. En declaraciones a IDL-R, Chinchay dijo: “… Yo le he expuesto al señor Rodríguez Monteza: disculpe señor fiscal, no estoy de acuerdo con sus argumentos. Dispénseme de sustentar ese pronunciamiento porque no estoy de acuerdo […] Si es que el doctor Rodríguez me ordena ir, voy a ir. Pero lo que no voy a hacer es defender el pronunciamiento de él. Porque yo no estoy de acuerdo. Porque una cosa es ir o no ir, y otra cosa es tomar uso de la palabra y sustentar”.
A la luz de lo expuesto. ¿Sorprende que el fiscal Rodríguez Monteza, representante en teoría de los intereses de la sociedad, se presente ante la Corte Suprema como un abogado más de Keiko Fujimori? Lo sorprendente hubiera sido que no lo haga. Y lo igualmente sorprendente es que, un año después del estallido del escándalo Lava Juez, en el que está indudablemente comprometido, no haya pasado aún de fiscal a procesado.
Y en la Corte…
Si eso sucede con el fiscal, ¿cuál es la situación de la Sala de la Suprema que resolverá el singular caso de los abogados sin fiscal? La integran los jueces supremos Hugo Príncipe, Iván Sequeiros, Zavina Chávez, Jorge Castañeda e Iris Estela Pacheco.
Hay por lo menos un juez supremo que tiene muchas explicaciones que dar.
IDL-R ha obtenido audios de conversaciones sostenidas entre el ex-juez supremo César Hinostroza Pariachi con dos jueces supremos: Jorge Castañeda y Manuel Quintanilla, que revelan un grado estrecho de colaboración entre Hinostroza y Castañeda. El más elocuente es una conversación entre Hinostroza y Quintanilla, el 1 de julio de 2018, sobre coordinaciones, alianzas más bien, con Castañeda.
Aquí los audios:
Interesantes, ¿verdad?
Tan interesante como que, a fines del año pasado, Castañeda y Quintanilla estuvieron en la Sala que vio la extradición de Hinostroza desde España.
Y Jorge Castañeda es hoy miembro de la sala que decidirá sobre la casación.
Así que, un año después de la deflagración del caso Lava Juez, los ‘Cuellos Blancos’ no solo no han sido erradicados del Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación sino que han avanzado en recomponerse y ya mantienen amenazantes posiciones de poder.
Fuente: IDL Reporteros
