Por: Juan Diego Mujica Filippi, Jefe de Responsabilidad Corporativa del Centro de Sostenibilidad – Universidad de Lima
Desde hace una década, el espacio iberoamericano se ha consolidado como un terreno fértil para el surgimiento de modelos de actividad empresarial cuyos objetivos no son únicamente la generación de beneficios económicos para sus accionistas. Es así como todas aquellas formas de negocio decididas a combinar el éxito financiero con impacto social y ambiental desde el núcleo de la actividad empresarial son denominadas bajo el término de “empresas con propósito”. Los empresarios que enmarcan sus actividades dentro de este concepto pertenecen a distintas corrientes, como el emprendimiento social, el capitalismo de grupos de interés o la banca ética, entre otras, y se encuentran coconstruyendo un cuarto sector en la economía.
Al 2019, estudios de la Secretaría General Iberoamericana e IE University estimaban que Iberoamérica albergaba aproximadamente 170,000 empresas con propósito, las cuales empleaban a 10 millones de personas y aportaban 6% al PIB regional. La misma investigación concluyó que la región carecía de un ecosistema adecuado que permita su desarrollo integral, con rentabilidad financiera para sus accionistas y la generación de impacto social y ambiental en contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y al interés colectivo.
Los resultados de esta investigación fueron acompañados de una encuesta a ciudadanos iberoamericanos, la misma que arrojó resultados de enorme importancia para la evolución del Derecho Empresarial en la región. El 85% de encuestados señaló que los gobiernos deberían trabajar con empresas que traten bien a sus trabajadores y respeten el ambiente; el 91% de los encuestados indicó que las empresas que tienen impacto social y ambiental positivo deben recibir un tratamiento fiscal diferenciado; y, 9 de cada 10 ciudadanos declaró que apoyaría la creación de modelos de empresas, regímenes fiscales y mecanismos de contratación pública que permitan el surgimiento y sostenibilidad temporal de estos negocios. Esta información fue el punto de partida para consolidar la creciente atención de académicos, legisladores y funcionarios públicos de distintas nacionalidades sobre las empresas con propósito, iniciando así un movimiento legislativo innovador teniendo al desarrollo sostenible como eje central.
El término “empresas con propósito” se ha consolidado en la academia mediante la práctica jurídica y comercial como un concepto amplio para que sean los actores públicos y privados de cada jurisdicción nacional los que analicen el modelo de empresa con propósito más adecuado para sus circunstancias locales, con lo cual el mayor reto es su implementación y creación de un ecosistema que les permita tener éxito y generar impacto. El modelo de la Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo (BIC) –vigente en las legislaciones comerciales de Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay, con proyectos de ley en Argentina y Chile, y con anteproyectos en debate en Brasil, España, Panamá y México– se ha consolidado como el modelo de empresa con propósito más común en la región.
Este proyecto de investigación presenta conclusiones y propone recomendaciones que son un aporte académico para el rediseño de los sistemas jurídicos con miras a una transición hacia la economía de impacto. Las recomendaciones están divididas en cinco temas fundamentales para esta nueva economía: el modelo de empresa con propósito, la medición de impacto, las propuestas fiscales, el acceso a la compra pública y el liderazgo empresarial femenino. Cada conjunto de recomendaciones propone la consideración del impacto económico, social y ambiental en las decisiones empresariales, partiendo desde el acuerdo de accionistas y teniendo a la medición de impacto como aliado fundamental en la búsqueda de resultados concretos y reducción de la amenaza del impact-washing.
En concreto, el Perú, se encuentra a la vanguardia en lo que respecta a la regulación del cuarto sector en Iberoamérica al contar con la Ley N° 31072 y un ecosistema regulatorio que comprende su reglamento, lineamientos para las empresas y directivas para funcionarios públicos. Ahora bien, el éxito de las empresas con propósito dependerá de una etapa de implementación liderada por empresarios convencidos en la generación de impacto a partir de su actividad económica, así como de un sector público atento y proactivo que deberá constituirse en actor fundamental en la creación de factores que permitan el surgimiento, sobrevivencia y éxito multiplicador de estas empresas.
PRÁCTICA ORGANIZACIONAL PERUANA
El 25 de octubre del 2021 se cumplió un año de la aprobación de la Ley Nº 31072 “Ley de la Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo (Sociedad BIC)” y mañana 24 de noviembre se cumple un año de su entrada en vigor. Así, a las empresas que han incorporado la categoría BIC a sus negocios, podría calificarse como “primeros clientes” o “early adopters”, por cuanto son las organizaciones que van a validar el nuevo modelo de negocio, y con su experiencia se podrá generar un efecto motivador para las demás empresas, ya que no se tratará solo de un modelo descrito en una ley, sino que se podrá evaluar un modelo en la práctica empresarial.
Primera Sociedad BIC en el Perú
Julio A. Gamboa, Gerente general de Villa Andina
Villa Andina fue creada hace 15 años con el propósito de mejorar la calidad de vida de pequeños agricultores, a través del cultivo de productos orgánicos de la biodiversidad peruana los cuales tienen una gran demanda en mercados internacionales. Es así como nuestro trabajo hoy en día impacta en más de 3,000 pequeños agricultores que cultivan 23 materias primas en 13 departamentos de nuestro Perú.
Los principales retos de nuestra industria son tres: Acceso a financiamiento, acceso a tecnología y conocimiento, y acceso a mercados. El modelo de negocio de Villa Andina se enfoca en la resolución de estos problemas.
Este año fuimos la primera empresa en el Perú en modificar nuestro estatuto para convertirnos en una sociedad de beneficio compartido o BIC, al mismo tiempo tuvimos la oportunidad de certificarnos como una empresa B. Convertirnos en una sociedad BIC es nuestra declaración pública del propósito de colaborar en la resolución de problemas sociales y ambientales de nuestro sector.
La agroindustria en el Perú en los últimos 20 años se ha desarrollado de manera exponencial gracias a mucha inversión privada y grandes proyectos de irrigación en la costa que transformaron el desierto en una despensa de alimentos. Ahora los ojos están puestos en la sierra y selva de nuestro país, y es muy gratificante que las empresas ahora busquen integrar cada vez a más pequeños agricultores a la agroindustria de exportación.
El propósito en el sector legal
Oscar Montezuma Panez, Director y fundador de Niubox
Somos una consultora legal y regulatoria que nació hace tres años con un claro propósito: construir una sociedad más digital e inclusiva. Anclamos ese propósito a una cultura y valores que reforzamos a diario. La Ley BIC nos ha dado la posibilidad de repotenciar nuestro propósito y consolidar su puesta en práctica, así como interiorizar que tenemos un deber frente a la sociedad que nos permite desarrollar nuestra actividad económica.
Convertirnos en Sociedad BIC ha implicado que redefinamos nuestro objeto social y reafirmemos nuestro compromiso en tres ejes alineados con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU (ODS): la activa promoción de la transformación digital (ODS 9), diversidad e inclusión (ODS 5 y 10) eliminando cualquier forma de discriminación y promoviendo la igualdad y la inclusión a todo nivel y finalmente el cuidado ambiental, promoviendo prácticas digitales sostenibles (ODS 13). En el sector legal existen muy pocos ejemplos de firmas donde exista una sólida cultura organizacional basada en un propósito claramente delimitado e interiorizado por sus integrantes que vaya más allá de su rentabilidad como negocio.
Es más sintomático aún que a nivel global sean contadas con las manos las firmas de abogados BIC o que se hayan certificado como empresas B. Creemos que es momento de humanizar la práctica del derecho y redefinir el rol de los abogados en la sociedad, normativas como la ley BIC nos ofrecen esta valiosa oportunidad. En Niubox estamos muy comprometidos con el enfoque de triple impacto y es un elemento clave en nuestra estrategia de expansión internacional. Actualmente estamos en proceso de adecuar nuestra operación en Ecuador a la normativa BIC local.
Fuente: Jurídica (El Peruano)