Por Yuri Vega Mere
Socio del Estudio Muñiz, Olaya, Menéndez, Castro, Ono & Herrera.
Después de la última crisis del sector, las oficinas prime, que son espacios holgados con toda clase de servicios y facilidades (salas de conferencias, cafeterías, zonas de uso múltiple, entre otros beneficios), aparecieron y llevaron a Lima (2016 y 2017) a ser considerada una plaza latinoamericana con una oferta importante, siempre en determinadas jurisdicciones (San Isidro o Miraflores), a las cuales se sumaron nuevas (Surco o Magdalena).
Coworking
Pese a ello, el ritmo de colocación de esta clase de oficinas no se mantuvo y, por el contrario, al lado de la opción del coworking sobre el que me he detenido en esta columna (del 4 de julio del 2019), los promotores echaron mano a una nueva oferta: la de las oficinas “boutique”. El producto no es una casualidad y responde a una demanda del mercado.
Oficinas “boutique”
Los pequeños empresarios, los emprendedores y los profesionales jóvenes (e incluso inversionistas quizá más pequeños que grandes, pero no hay estadísticas) también buscan espacios modernos, cómodos, con una serie de facilidades y áreas comunes y con una buena administración que –como conjunto– puedan tener algunas de las características de una oficina prime (sin serlo) a costos más bajos y sin esperar espacios muy amplios. Las oficinas “boutique”, precisamente, pretenden llenar ese nicho.
Son oficinas que gozan de zonas similares: salas de reuniones, pequeños bussines centers, cafeterías de escala menor, buena seguridad, gestión centralizada, pero, sobre todo, funcionalidad (al aprovecharse al máximo cada centímetro) y bajo costo para su puesta en operación, no solo porque se utiliza material más ligero (lo cual no supone mala calidad), sino especialmente por el bajo costo de implementación al ponerse a disposición como espacios listos para su uso.
Las áreas pueden ser reducidas (por debajo de 30 metros cuadrados en algunos casos) y ello dependerá de la decisión que adopte cada gobierno local para permitir el desarrollo de determinadas zonas. Los promotores las pueden entregar en venta o en alquiler y los bancos ofrecen créditos para las compras, que son más asequibles por el nivel de precios.
Lo cierto es que su aparición se presenta como una alternativa para fomentar nuevos espacios de desarrollo, dado que la concentración de oficinas invita a la creación de comercio y, de ser el caso, de vivienda nueva para facilitar el traslado de los interesados de su residencia al trabajo y viceversa.
Fuente: El Peruano