Más del cuarenta por ciento de la población peruana realiza sus compras en el comercio electrónico

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Los datos hablan por sí solos. El número de usuarios que deciden realizar sus compras a través del comercio electrónico sigue creciendo Perú a un ritmo vertiginoso. Atendiendo a las cifras recogidas por la Cámara de Comercio Nacional, el pasado curso fueron casi catorce millones de internautas los que se animaron a adquirir algún producto a través de internet. Se trata, por lo tanto, de una cifra que supone más del cuarenta por ciento de la población peruana.

La progresión ha sido especialmente notoria desde que en 2019 estallara la pandemia de la Covid-19, cuando el confinamiento provocó que el tráfico de usuarios en internet creciera de manera significativa. Antes de esa fecha, tan sólo unos seis millones de ciudadanos, es decir, el dieciocho por ciento de la población, tenían por costumbre acudir a las pasarelas de pago de los ecommerces.

Esta aceleración de las compras online también ha dejado un par de segmentos claramente diferenciados. Por una parte, nos encontramos con el consumidor de provincias, que en la actualidad representa al treinta por ciento del volumen total de compradores digitales y cuya presencia en este tipo de entornos no ha dejado de crecer en apenas tres años. En el otro lado está el consumidor que hace clic desde la capital, que se caracteriza por mantener una frecuencia de compras mucho más alta, como así lo indica el presidente de la entidad cameral, Helmut Cáceda.

Los números analizados en este contexto apuntan de igual modo a que el comercio electrónico creció en torno al cincuenta y cinco por ciento entre los años 2020 y 2021. Fue en ese tramo de tiempo donde el sector movió más de 37 mil millones de soles, un montante de dinero que logró fluir en gran medida gracias al auge de los monederos digitales y a la inversión en ciberseguridad que los ecommerces empezaron a asumir con el estallido de la crisis sanitaria.

La seguridad como eje prioritario

En concreto, se apostó por reforzar las pasarelas de pago con las herramientas tecnológicas de encriptación de datos personales más avanzadas que existen. La idea fue crear entornos más seguros para que la clientela se sintiera protegida frente a la amenaza de los hackers, implantando para ello el modelo de software que en este sentido habían logrado consolidar espacios virtuales tan potentes como las entidades bancarias o las plataformas de juegos de azar.

Bajo este planteamiento, la mayoría de los bancos de nueva generación integran a día de hoy recursos de seguridad como el protocolo SSL (Secure Sockets Layer), que se ocupa de mantener a salvo de la piratería informática toda la información sensible del usuario, ya sea un número de tarjeta de crédito o una clave personal. Para ello, un algoritmo genera contraseñas de 128 bits de tamaño que impiden el acceso a todo ese contenido. Algo parecido sucede con cualquier casino online Perú de los que destacan en la red, donde la privacidad es considerada un elemento indispensable. En este campo, la industria del juego se ha vuelto especialista en el empleo del sistema KYC (Know your customer), una herramienta que permite verificar en todo momento que el jugador es realmente quien dice ser, evitando de este modo suplantaciones de identidad y fraudes similares. El proceso es tan sencillo como eficaz: cada vez que el cliente intenta iniciar sesión, el casino le solicita de manera digital una serie de documentos que permitan su identificación inequívoca. El asunto se intensifica cuando llega el turno de retirar ganancias económicas; en estos casos, el jugador deberá someterse incluso a comprobaciones de carácter biométrico como el reconocimiento facial o el uso de huellas dactilares.

Otras variables de interés

Según Cáceda, la evolución de los ecommerces del país viene dada por el incremento de ventas que ha tenido lugar en el último curso. Mientras que 2020 cerró con un volumen de doscientos cincuenta mil negocios vendiendo vía internet, 2021 llegó a superar los trescientos mil. Además, casi un tercio de estas tiendas ofrece sus servicios operando desde aplicación móvil y por medio de sus propios portales web, lo sin duda que ha contribuido a que la tasa de compras en el comercio electrónico haya pasado del doce por ciento registrado en época prepandémica al cuarenta y cinco por ciento que tiene lugar hoy día.

Los sectores que mayor cuota de participación dejaron en el comercio electrónico antes de la emergencia sanitaria fueron fundamentalmente el turismo con un cincuenta por ciento y la industria con un treinta y ocho por ciento. En ambos casos, la tendencia cayó al año siguiente, en plena ola de restricciones, y dibujó un panorama alcista ya en 2021, pasando de esas cifras prepandémicas al cincuenta y uno y cincuenta y dos por ciento respectivamente. De todo el espectro de actividades económicas en internet, el comercio minorista sigue ocupando en Perú la primera plaza del podio, moviendo la campaña pasada un importe económico que roza los cinco mil millones de dólares.

Afinando un poco más, las estadísticas por segmentos muestran de igual modo un escenario en el que el consumo virtual de hostelería, moda y tecnología experimentó en cuestión de doce meses el aumento más destacado, creciendo como mínimo un ochenta por ciento en cada una de estas parcelas. La previsión de cara al futuro muestra un panorama esperanzador, y es que según refleja un estudio elaborado por la consultora Edelman el noventa y cuatro por ciento de las pymes peruanas invirtió en tecnología y transformación digital durante el pasado curso.

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