Por: Ljubica Vodanovic, Experta en regulación bancaria, financiera y fintech. Socia fundadora de Vodanovic Legal.
En el mundo, la banca como servicios (Banking As A Service – BaaS) es un nuevo modelo de negocio que permite a las entidades financieras “integrar” a su plataforma a otras empresas no bancarias (startups, techs, bigtechs, empresas retail o corporativas) para que estas puedan ofrecer productos financieros al público. Así, una empresa no bancaria que quiere implementar una solución financiera para sus clientes (un modelo fintech, por ejemplo, mediante pagos o préstamos), podría usar las capacidades de un banco para lograrlo. Generalmente, ello se logra a través de las API de los bancos (application programming interfaces), que permiten la integración de dos plataformas.
Las ventajas de la banca como “hub de servicios” son múltiples: a las compañías no bancarias, les permite implementar modelos fintech y ofrecer una solución financiera directa y rápida a sus clientes, con acceso a una cuenta desde la cual puedan efectuar transacciones como pagos y préstamos. Ello, sin tener que incurrir en costos de desarrollar una infraestructura bancaria y obtener la licencia respectiva. Pensemos en Walmart implementando servicios fintech con la entidad financiera Green Dot en los Estados Unidos, a través de la plataforma BaaS de esta última.
A las entidades financieras este modelo les permite ampliar su oferta de servicios, potenciando sus capacidades y llegando a segmentos desatendidos, incluso no incluidos, de una manera ágil y rápida. Esto cobra especial importancia en el contexto actual de la pandemia que hace a los bancos replantearse negocios que les generen rentabilidad. Los clientes, por su parte, tendrán más ofertas de servicios integrales de sus proveedores de confianza. Pensemos en Uber, Rappi y otras empresas retail que ofrecen experiencias multiproducto a sus clientes, incluyendo productos bancarios.
La banca como hub de servicios presenta desafíos que requieren una atención especializada. Así, los proveedores que utilicen el BaaS deben cumplir con altos estándares de ciberseguridad, protección de datos personales y prevención del LAFT. Ello quiere decir que podrán emplear el BaaS aquellas entidades que estén avanzadas en su transformación digital.
Creemos que el mercado financiero latinoamericano evolucionará a esta tendencia y es muy probable que modelos como el BaaS se vuelvan masivos. Ya empezamos a ver más alianzas colaborativas entre bancos y terceros que bien podrían evolucionar a este modelo.
El mensaje para los actores bancarios y financieros en el Perú es estar abiertos a iniciativas innovadoras que pueden mejorar su oferta de servicios e impulsar la inclusión financiera, siempre cuidando de gestionar bien los riesgos regulatorios que ello conlleva.
Fuente: Gestión