El Poder Judicial impulsa la creación de un dispositivo informático para que el servicio de la cámara Gesell esté a disposición de las autoridades a cargo de un proceso. Así lo adelantó la jueza suprema y titular de la Comisión Permanente de Acceso a la Justicia de este poder del Estado, Janet Tello Gilardi, durante su intervención en el seminario virtual ‘Prevención y atención de la violencia contra niños, niñas y adolescentes en época de pandemia’, organizado por el citado grupo de trabajo.
La magistrada explicó que la cámara Gesell es una entrevista que permite recabar por única vez la declaración testimonial de una víctima que servirá como medio probatorio procesal.
Por tanto, la entrevista a una víctima en cámara Gesell debe realizarse por un psicólogo en un espacio amigable mediante el uso de las tecnologías de la información y comunicación, diligencia que debe dirigir un magistrado, anotó a su turno la jueza suprema e integrante también de esta comisión Elvira Álvarez Olazábal, al explicar sobre el uso de este instrumento en los procesos.
Por su parte, el magistrado Jorge Ramírez Niño de Guzmán, al abordar el tema de la víctimización, refirió que el sistema de justicia debe garantizar que los derechos fundamentales de las NNA no sean afectados al repreguntar ante situación traumática.
Atención urgente
Tello Gilardi advirtió asimismo que el confinamiento y las restricciones debido al covid-19 aumentaron en un 30% el índice de violencia contra los menores de edad, los que, junto a la mujer, son las principales víctimas de este flagelo en el seno del hogar.
“Según el programa Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp), más de 20,000 casos se atendieron de enero a mayo de este año, es decir, 4,000 al mes y 133 diarios, que, comparado con el promedio del 2020, que era de 100 casos al día, significa un 30% más”, señaló la magistrada.
Informó, además, que han sido reportados 13,000 casos por violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes en los Centros de Emergencia del Mimp, de los cuales el 43% es del grupo de 12 a 17 años y 20.7 % de 6 a 11 años.
“Esto es terrible, no puede estar ocurriendo en el país, donde todos apostamos que las niñas y niños son sujetos titulares de derecho y que necesitan protección especial, y no podemos quedarnos en una ‘preocupación’ sino ocuparnos de la situación”, dijo.
Cambios conductuales
Al abordar el impacto de la pandemia en los menores de edad, la psicóloga Diana Flora Rojas sostuvo que esta situación es potencialmente estresante al haber generado cambios conductuales severos en los menores de edad. Entre ellos, anotó, figuran altibajos en el comportamiento y emociones, evidentes en conductas agresivas, silencio o tristeza, así como llanto inusual, apego a sus cuidadores, interrupción de los patrones de sueño, desinterés para realizar quehaceres domésticos y mala relación con la familia.
Por su parte, la abogada de la Universidad Católica, Mariale Espino trató sobre la atención a niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia desde una perspectiva ´interseccional’.
Este enfoque –explicó– permite ver lo “invisible”, atender las necesidades de las NNA para garantizar sus derechos y de entender que no todas las personas son iguales.
Fuente: El Peruano