Desde la clandestinidad, el empresario Rodolfo Orellana, acusado de liderar una red criminal, denunció que sus familiares y amigos son objeto de amenazas e intimidaciones, las cuales empezaron hace unas semanas.
Agregó que las personas más cercanas a él están siendo sometidas a reglajes e interceptaciones telefónicas.
El prófugo atribuyó estas supuestas acciones principalmente amiembros de organismos de seguridad del Estado, pero también a agentes en situación de retiro.
“Estos ataques provendrían de elementos ligados al Servicio de Inteligencia y con participación de expolicías y exmilitares que estarían siendo financiados por mis enemigos, lo que me hace temer por mi entorno familiar”, indicó a través de un comunicado.
De otro lado, ayer la comisión que investiga a la red de Orellana recibió como testigo a Alberto Sánchez-Aizcorbe, alcalde de La Victoria, donde el empresario habría operado.
Perú 21