Carlos Augusto Ramos Núñez fue Jurista e historiador del Derecho, Ramos dejó como legado importantes decisiones a cargo de dicha entidad, además de una vasta trayectoria académica y profesional.
Nació en Arequipa el 15 de setiembre de 1960. En 1984, se graduó como abogado por la Universidad Católica de Santa María de Arequipa y, más tarde, cursó una maestría en Derecho Civil y un doctorado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). También obtuvo un diplomado en Derecho Romano y Derecho Latinoamericano por la Universidad de Roma Tor Vergata.
A lo largo de su vida, Ramos fue catedrático en numerosas universidades dentro y fuera del Perú, entre ellas la Universidad de Buenos Aires. Igualmente, se desempeñó como investigador invitado en la Universidad de Berkeley, en California (Estados Unidos) y en el Instituto Max Planck de Historia del Derecho, en Frankfurt (Alemania).
El jurista, además, integró distintas instituciones, como la Academia Peruana de Derecho, la Academia Nacional de Historia del Perú, la Real Academia de Historia de Madrid y la Academia de Ciencias Sociales de Argentina. Asimismo, fue subdirector del Instituto Riva-Agüero de la PUCP y director de la Academia de la Magistratura del Perú.
Durante su carrera académica, Ramos Núñez publicó más de dos decenas de libros. Entre ellos, destacó la colección de 11 volúmenes “Historia del Derecho Civil Peruano”.
En junio del 2010, fue candidato para integrar el TC. Sin embargo, pese a haber obtenido el primer puesto en la calificación técnica del Legislativo, no resultó electo. En aquella ocasión, la bancada aprista –con la excepción de Luis Falla y Javier Valle Riestra– no le dio su respaldo en el pleno. El argumento del grupo de la estrella para no votar a favor de su candidatura fue que el jurista había emitido un informe consultivo para la Universidad de Yale en el conflicto con el Perú por las piezas arqueológicas.
Ese día, un hecho particular llamó la atención en el hemiciclo. En plena votación, faltando únicamente tres votos de la oposición para que Ramos consiga el respaldo del Congreso, el vocero del Apra, José Vargas, se acercó al escaño del congresista de Alianza Nacional, Walter Menchola, a quien le dio un mensaje mientras distintos congresistas gritaban: “¡No arruges, Menchola!”.
Acto seguido, Menchola se retiró del hemiciclo sin votar. Más tarde, el legislador dijo a El Comercio que había salido luego de que le dijeran que Ramos tenía una supuesta conexión con el expresidente Alejandro Toledo. Ramos se quedó fuera de la elección solo por tres votos.
Cuatro años más tarde, sin embargo, Ramos fue elegido magistrado del TC para el periodo 2014-2019. El 21 de mayo del 2014, obtuvo 119 votos a favor, 0 en contra y tres abstenciones en el pleno.
Desde el 2019, hasta el momento de su fallecimiento, el vocal tenía el mandato vencido. Como él, cinco otros magistrados han culminado su periodo y se encuentran a la espera de que el Parlamento escoja a sus sucesores.
La línea de Ramos
A lo largo de su paso por el TC, Ramos participó en importantes decisiones a cargo del organismo. En la mayoría de casos polémicos, el jurista votó con los magistrados Marianella Ledesma, Eloy Espinosa-Saldaña y Manuel Miranda. El otro bloque estuvo conformado usualmente por Augusto Ferrero, Ernesto Blume y José Luis Sardón.
Uno de los asuntos más controvertidos que llegó a manos del TC en los últimos años fue la demanda competencial sobre la disolución del Congreso por parte de Martín Vizcarra. En enero del 2020, Carlos Ramos –junto a Ledesma, Miranda y Espinosa-Saldaña– votó por declarar infundada la demanda presentada por el entonces presidente de la Comisión Permanente, Pedro Olaechea, contra el Poder Ejecutivo.
De ese modo, se consideró que la disolución del Parlamento del 30 de setiembre del 2019 no fue inconstitucional.
Más tarde, en noviembre del mismo año, el TC resolvió otra demanda competencial. Esta vez, el recurso había sido presentado por el Ejecutivo, a cargo de Vizcarra Cornejo, con la finalidad de que la entidad se pronuncie sobre el uso de la incapacidad moral permanente como mecanismo de vacancia presidencial por parte del Congreso.
En aquella ocasión, la demanda fue declarada improcedente por mayoría, con los votos de Miranda, Blume, Ferrero y Sardón, quienes consideraron que, dado que Vizcarra ya había sido vacado al momento de resolver el recurso, se había “sustraído la materia”. Es decir, que ya no había nada que resolver. Ramos, junto a Ledesma y Espinosa-Saldaña, votó a favor de que el TC sí se pronuncie sobre el pedido.
En el caso Óscar Ugarteche versus Reniec, Ramos estuvo a cargo de la ponencia que planteó declarar fundada la demanda del ciudadano, quien buscaba que la entidad inscriba su matrimonio civil con su pareja del mismo sexo. Con él estuvieron Ledesma y Espinosa-Saldaña. Sin embargo, la demanda fue rechazada por mayoría, con los votos de Ferrero, Miranda, Blume y Sardón.
En febrero del 2020, Ramos votó a favor de declarar constitucionales las corridas de toros y las peleas de gallos. De hecho, el jurista estuvo a cargo de la ponencia del caso.
Este año, el TC declaró fundada la demanda de amparo interpuesta por Telefónica del Perú contra la Sunat. La decisión dejó sin efecto una deuda de S/729′000.000 de la compañía en intereses moratorios. Ramos votó a favor de dicha decisión. Con él estuvieron Ferrero, Blume, Sardón y Espinosa-Saldaña. En contra votaron únicamente Ledesma y Miranda.
En entrevista con El Comercio el pasado 20 de agosto, Carlos Ramos se mostró en contra de una Asamblea Constituyente, y aseguró que no podía aprobarse la reforma total de la Constitución a través de un referéndum, como pretende el partido de gobierno.
“No es posible que se haga vía referéndum (la instalación de una Asamblea Constituyente) si primero no se modifica la Constitución. Es decir, la nuestra es una Constitución que ha fijado sus reglas con el propósito de automo-dificarse. Es más, yo soy partidario de que se hagan modificaciones de una serie de aspectos, pero que se hagan dentro de los marcos constitucionales. (…) para hacer los cambios que sean necesarios, no es necesario tirar por la borda la Constitución ya aprobada y vigente hoy”, señaló en aquel entonces.
Fuente: El Comercio