El presidente ejecutivo de la Autoridad Nacional del Servicio Civil, Juan José Martínez, considera que un elemento clave es que los jefes de las instituciones y su personal adopten una cultura organizacional en las funciones.
El trabajo remoto llegó para quedarse en el aparato estatal y será una modalidad laboral muy beneficiosa para las instituciones públicas y su personal de aquí al futuro, sostuvo el presidente ejecutivo de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir), Juan José Martínez Ortiz.
En declaraciones al Diario Oficial El Peruano, el funcionario manifestó que desde el inicio de la pandemia del coronavirus (covid-19) su entidad tuvo una participación muy activa para que las instituciones del Estado sigan funcionando en plena cuarentena.
“Las normas que se dictaron para que las entidades públicas continúen en labores, para que se habilite el trabajo remoto, recibieron la opinión técnica o las propuso el propio Servir, pues había que compatibilizar tres intereses”.
Población
El Estado, refirió, no podía parar, lo que estuvo claro desde el comienzo, pero a la vez había que cuidar a la población “y el sector público cuenta con una gran cantidad de empleados: somos más de 1 millón 400,000 servidores a escala nacional, en todo el Estado”.
“Entonces, si no hubiéramos adoptado medidas como el trabajo remoto y se hubiera mantenido la forma tradicional de laborar tenías en las calles a 1 millón 400,000 personas que eran un potencial foco de contagio. A la vez, el gran reto era que las entidades públicas siguieran funcionando”.
Martínez afirmó que en Servir “le tenemos mucha fe al trabajo remoto, por diversas razones. En realidad, este mecanismo ha estado en el tintero en muchos países desde antes, porque presenta una serie de ventajas”.
Por ejemplo, reduce el tiempo de los desplazamientos, hace que se sature menos el transporte público y permite que la persona pueda compatibilizar un poco mejor la vida familiar con la profesional, precisó.
“Presenta una serie de ventajas y ahora en la pandemia fue evidente. Por eso, creemos que aun, pasando la emergencia sanitaria, el trabajo remoto llegó para quedarse y se constituirá en una modalidad que seguramente será muy beneficiosa para las entidades públicas de aquí al futuro”.
Retos
El presidente ejecutivo de Servir afirmó que en el trabajo remoto el empleado sigue perteneciendo a la entidad estatal, pues si bien deja de trabajar en su centro de labores tradicional, sus tareas las cumple en casa o en el sitio donde acata las normas para enfrentar la pandemia.
“Un primer gran tema ha sido que la situación, más que un cambio legal, que para eso se aprobaron las normas con el fin de permitirlo, ha requerido o está requiriendo un cambio cultural, un cambio organizacional”, recalcó.
En el mecanismo tradicional, explicó, el jefe se encuentra en su oficina y normalmente tiene a su equipo a su alrededor, sale de su despacho y está su equipo, los puede ver, los tiene a la mano. Hay un problema y las personas están cerca, agregó.
“Esto ya no lo tienes en el trabajo remoto, pues ya no están cara a cara. Claro, te comunicas por los medios digitales, los puedes llamar por el celular, usas el Whatsapp, tienes Zoom y las herramientas existentes hoy en día. Pero todo esto implica que ahora los jefes tienen que saber organizar mejor el trabajo”.
En muchos casos, recordó, el trabajo se manejaba tradicionalmente en el día a día. “Uno llegaba y decía cuál es el problema, la contingencia o la emergencia del día y, en función de esto, se organizaba a la gente”.
Ahora, con el trabajo remoto, el jefe debe asignar las tareas al personal y eso implica que él mismo se organice mejor, aseveró. “Por lo tanto, lo primero que se necesita es contar con un líder ordenado y organizado. Fue un gran reto porque muchos no estaban habituados a esta forma de trabajar”.
Compensación de horas
Juan José Martínez sostuvo que cuando empezó la cuarentena se crearon tres modalidades de trabajo: una, la presencial para actividades esenciales que no podían parar; un segundo grupo se adaptó al trabajo remoto; y en tercer lugar estaban las personas de licencia con goce de haber compensable.
“El Estado tomó una decisión para no perjudicar la salud del personal, que se quedara en sus casas y siguiera recibiendo su sueldo. Es como una especie de préstamo, te pagaron y ahora tú tienes que devolver no en dinero, sino en tiempo”.
Las normas actuales, detalló, permiten efectuar una compensación hasta el próximo año. “Incluso, se permiten diversas formas de compensar horas y la posibilidad de que ya no estén de licencia mediante una figura denominada cambio de funciones. Mientras dure la emergencia, el empleador puede encargar al servidor otras labores que no son las que cumplía originalmente”.
Existe también la posibilidad de que se trabaje para otra entidad, dijo Martínez, quien sostuvo que se evalúa la situación para determinar si se necesitan normas adicionales.
Fecha
31 de diciembre del 2021 es el límite para compensar horas en las entidades del sector público.
Fuente: El Peruano